En diálogo con CLG, el secretario general del sindicato de Luz y Fuerza de Rosario se refirió a cómo pueden afectar el teletrabajo y la robótica a los trabajadores
«La ciencia tiene que estar al servicio del ser humano y no el hombre al servicio de la ciencia», indicó Alberto Botto, secretario general del sindicato de Luz y Fuerza de Rosario y del Movimiento Sindical Rosarino, en relación a la robótica y el teletrabajo. En el marco del aislamiento social por la pandemia de coronavirus, trabajadores de todo el mundo han tenido que mudar sus empleos a sus propias casas, lejos de las condiciones ideales para hacerlo. Y ahora muchas empresas pretenden extenderlo más allá del aislamiento.
En diálogo con CLG, Botto analizó el impacto que esto puede traer para los trabajadores. «Hay que evitar que la pandemia sea una oportunidad para que los grandes empresarios sigan concentrando riquezas», manifestó. A lo que agregó: «La pandemia desnudó grandes falencias del capitalismo donde se piensa más en los negocios que en la vida humana».
«Hay frases hechas que se toman como verdades absolutas como el hecho de que la robótica o el teletrabajo vinieron para quedarse. La ciencia tiene que estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la ciencia. Eso tiene que ser muy claro», remarcó. El gremialista consideró que esa premisa es fundamental «para salir de toda esta situación de aislamiento y tratar de recuperar una sociedad más justa».
Botto contó que desde los sindicatos están viendo «con mucha preocupación el tema del teletrabajo y también la robótica. Son dos cuestiones fundamentales». «Una cosa es si todas estas tecnologías sirven para recuperar la calidad humana y las personas recuperan el tiempo para estar con sus familias; pero es otra si se utilizan para maximizar ganancias y que se sigan perdiendo puestos de trabajo», analizó.
«El teletrabajo en la masividad tiene que durar lo que dura la pandemia», señaló. Pero indicó que «lo que no se puede relegar es el trabajo presencial, porque los resultados que se consiguen son totalmente distintos».
A causa de la pandemia, la gran cantidad de personas realizando teletrabajo dejó de manifiesto algunas problemas que esto puede acarrear, como la dificultad de los trabajadores para separar la intimidad de lo que es el empleo en sí. «No hay horarios para que el patrón llame a la persona, hay una invasión, una flexibilización y una precarización del trabajo», sostuvo el secretario general de Luz y Fuerza.
En ese sentido, consideró: «Lo primero que hay que hacer es resistir el teletrabajo, porque si fuera tan beneficioso para los trabajadores, ¿por qué se promueve tanto desde las grandes empresas? Después hay que discutirlo y recién ahí, una vez que nos pongamos de acuerdo en dónde se puede aplicar, legislarlo». Y añadió: «Hay que hacerlo para proteger los derechos de trabajadoras y trabajadores. Recién ahí se puede empezar a aplicar».
Otra de las preocupaciones que manifestó el gremialista es cómo puede impactar esto en el modelo sindical argentino. «Puede llegar a ser un tema que atente contra esta herramienta fundamental que tenemos para defendernos muchas veces de algunas patronales. Un solo sindicato por rama nos da una fuerza corporativa que nos permite equilibrar. No es lo mismo que una persona discuta individualmente con su patrón a que discuta a través de una organización», detalló.
Por último, se refirió a la implementación de la robótica en los trabajos. «Se está hablando de que casi medio millón de robots se van a implementar de aquí a los próximos años. Si se reemplaza el trabajo humano por robots en masividad, vamos a involucionar desde el punto de vista humano», enfatizó.
«La inteligencia artificial no puede reemplazar la humana. Que se aplique a situaciones que lo ameriten, o que se complemente, está bien», expresó. Y para finalizar, cuestionó: «Si realmente fuese tan beneficioso para el trabajador, ¿realmente las empresas harían el esfuerzo que hacen para promoverlo?».