Mundo

Renunció funcionario británico en protesta por el escándalo del asesor de Boris Johnson


Douglass Ross, subsecretario de Estado para Escocia, renunció por la supuesta violación de la cuarentena por parte de Dominic Cummings, principal asesor del primer ministro Boris Johnson

 

El Subsecretario de Estado para Escocia, Douglass Ross renunció hoy a su cargo en protesta por la supuesta violación de las normas de la cuarentena que rige en el Reino Unido por parte de Dominic Cummings, principal asesor del primer ministro Boris Johnson, cuando fue visto en varias oportunidad manejando su auto de Londres a Durham, en el norte del país.

El funcionario del Partido Conservador, con cargo de ministro, dimitió esta mañana a su cargo como Subsecretario de Estado para Escocia, en desacuerdo con la defensa que hizo el primer ministro de su asesor, quien se negó a disculparse y reafirmó que no se arrepentía de haber viajado a la casa de sus padres a pesar de sospechar que tanto él como su esposa tenían síntomas de coronavirus.

«No he comentado públicamente la situación con Dominic Cummings mientras esperaba conocer todos los detalles. Agradezco la declaración para aclarar las cosas, pero hay aspectos de la explicación con los que tengo una dificultad. Como resultado, he renunciado a mi cargo de Ministro del Gobierno», expresó el funcionario en su perfil de Twitter.

En su carta de renuncia, Ross argumentó que tiene electores «que no pudieron despedirse de sus seres queridos; familias que no podían llorar juntas; personas que no visitaron a familiares enfermos porque siguieron las recomendaciones del gobierno. No puedo decir de buena fe que todos estaban equivocados y que un asesor principal del gobierno tenía razón».

Cummings fue acusado por testigos de manejar en su automóvil 400 kilómetros desde Londres a Durham, noreste de Inglaterra, durante la cuarentena en varias ocasiones, causando indignación en varios miembros de su partido y en la oposición que pidieron su renuncia.

Sin embargo, en una inusual conferencia televisada el lunes por la tarde, Cummings justificó sus movimientos esos días, reiteró que viajó porque enfrentaba una «situación excepcional» y aseguró que, en su opinión, no contravino a las normas sanitarias.

Commings insistió además en que actuó de manera razonable y dentro de la ley y que no se arrepiente de lo que hizo.

En medio del escándalo en un gobierno ya duramente cuestionado por ser el Reino Unido el país más golpeado de Europa por la pandemia, el jefe de Gabinete de ministros, Michael Gove defendió esta mañana a Cummings como un «hombre de honor e íntegro» y que «la gente decidirá su propia opinión» sobre su viaje a Durham.

Según Gove, Cummings describió de forma «exhaustiva, detallada y verificable» el motivo que por el cual se había aislado con su familia en el pueblo de sus padres.

El domingo, Johnson, había respaldado también a su principal asesor e insistió en que Cummings «actuó de forma legal, responsable y cumplió con las normas».

Mientras tanto, el funcionario se enfrenta a nuevas acusaciones después de haber declarado que había manejado hasta el Castillo de Barnard, a varios kilómetros de Durham, después de su período de aislamiento para comprobar que estaba en condiciones de volver a Londres.

Cummings dijo que quería probar que podía manejar después de haber experimentado problemas con su visión durante su enfermedad.

Pero según el ex jefe de policía de Greater Manchester, Peter Fahy, manejar en esas circunstancias «parece ir en contra de las normas de tránsito en las carreteras».