El sacerdote chileno Ramón Iturra, de la localidad de Constitución (sur), fue suspendido este miércoles por el Vaticano luego de haber sido denunciado el año pasado por abusos sexuales a un menor cometidos entre 1987 y 1988, informó un comunicado de la Iglesia.
La Santa Sede declaró verosímil la denuncia realizada en contra del presbítero Iturra y ordenó «la medida cautelar que es la prohibición de ejercer públicamente el Ministerio Sacerdotal, hasta la sentencia definitiva», indicó un comunicado de la Diócesis de Linares, ciudad ubicada a 300 km al sur de Santiago.
Iturra fue acusado por Cristián Alcaíno, exacólito de la parroquia de Constitución, de haberlo abusado sexualmente cuando tenía 11 años. Alcaíno comunicó el hecho a la Diócesis de Linares que, según el obispo Tomislav Koljatic, fue dada a conocer al Vaticano en junio del año pasado.
Tras ello, Alcaíno no obtuvo respuesta, por lo que entregó una carta para el Papa Francisco con su denuncia al obispo de Malta Charles Scicluna, quien llegó a Chile en abril de este año para investigar el supuesto encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por el influyente cura Fernando Karadima.
Karadima fue suspendido de por vida por el Vaticano en el 2011, tras comprobar los abusos a menores que cometió en la parroquia del exclusivo barrio de El Bosque en Santiago en los años 1980 y 1990.
Además de la suspensión de Iturra, el Vaticano ordenó «ampliar la investigación a otras parroquias donde haya ejercido su cargo ministerial dicho sacerdote», y solicitó «colaboración de toda persona que pueda aportar antecedentes pertinentes o relevantes en esta causa».
El caso es un nuevo escándalo sexual para la Iglesia chilena, cuyos obispos renunciaron en forma masiva ante el Papa Francisco en Roma semanas atrás, tras las acusaciones de encubrimiento de los abusos de Karadima.
El obispo de la ciudad de Osorno (sur), Juan Barros, es el principal acusado de haber encubierto a Karadima. Scicluna volverá a Chile la próxima semana junto al sacerdote Jordi Bartomeu para visitar Santiago y Osorno.
En abril pasado, el papa recibió a tres víctimas de Karadima a quienes pidió perdón. Asimismo, escuchó la semana pasada a cinco sacerdotes chilenos abusados sexualmente.