CLG dialogó con Guillermo Tomatis, vicepresidente de la Cámara de Gimnasios de Rosario, quien explicó que "el 90% de las solicitudes de ayuda estatal" fueron rechazadas
Los gimnasios representan uno de los sectores más afectados por la paralización económica que trajo consigo la pandemia del coronavirus. Con sus persianas bajas desde incluso antes que comience la cuarentena obligatoria y con muchas complicaciones para poder acceder a la ayuda estatal, no son pocos los que no podrán reabrir una vez que sean habilitados.
En Rosario, a partir de la cuarentena y la crítica realidad que atraviesan, se formó la Cámara de Gimnasios de la ciudad que tiene apenas tres semanas de antigüedad. CLG dialogó con Guillermo Tomatis, vicepresidente de la flamante institución, quien relató el crudo presente de los gimnasios.
«La situación es exactamente la misma desde el 15 de marzo que empezamos a cerrar, con el agravante de que desde ese momento no estamos facturando y que nuestros gastos siguen corriendo», comenzó. Y expresó: «Nos estamos endeudando, prácticamente no estamos recibiendo ayuda del Estado, salvo en casos muy puntuales, y estamos teniendo muchos problemas en los pagos de sueldos, servicios, impuestos y alquileres».
Estas instituciones deportivas inmediatamente buscaron volcarse a las redes sociales y a las clases virtuales como alternativa, pero aseguran que no podrán resistir mucho más tiempo cerrados: «Las clases online funcionaron mucho mejor al principio, pero ahora empezó a caer. Es un paleativo, pero no es una solución. De todas maneras, no todos los gimnasios lo pudieron hacer».
Además, el dueño de Active Club explicó que son muy pocas las instituciones que pudieron acceder al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción: «Estamos en una situación crítica y el sector no lo soporta más. Muy pocas empresas han podido acceder al ATP, el 90% de los pedidos fueron rechazados. Los requisitos que solicitó el gobierno nacional son muy difíciles de cumplir: uno no puede facturar más del 5% que en el mismo período de 2019, cuando en el medio hubo un 50% de inflación, es casi imposible».
En ese sentido, Tomatis criticó duramente al gobierno de Omar Perotti: «Desde la provincia no nos han contestado absolutamente nada. Lo único que hizo el gobernador Perotti fue firmar un decreto el pasado miércoles en el cual prohíbe el trabajo de los gimnasios en todo Santa Fe, con lo cual nos deja en una muy mala situación». Y añadió: «Es un momento en el que en algunas provincias se está empezando a ver una reapertura, como en Jujuy, Catamarca, Chubut, Corrientes o Tierra del Fuego, que más allá de ser provincias más chicas que Santa Fe, ya están empezando a tener movimiento».
«Santa Fe venía de una situación sanitaria muy buena, salvo estos casos que aparecieron en Rosario esta semana, y nosotros estamos completamente atados de pies y manos sin poder trabajar ni facturar, y con muchísimas fuentes de trabajo a punto de perderse, empresas al borde de la quiebra», aseveró.
En cuanto al número de gimnasios que no podrán reabrir luego de la cuarentena, Tomatis indicó: «No lo podemos asegurar oficialmente porque estamos todos cerrados, pero tenemos comentarios de que hay muchos colegas que no van a reabrir. A medida que esto avance, esto va a repercutir en muchos de los actores de la industria, es un camino inexorable al cierre».
Por otra parte, se refirió a las conversaciones que mantuvieron con Pablo Javkin: «Con la Municipalidad venimos trabajando hace tiempo. Nos presentaron un protocolo para que lo analizáramos y lo adecuemos a nuestra actividad, ya lo devolvimos y la próxima semana nos volveremos a reunir para cerrar ese protocolo y tenerlo listo». Y agregó: «Estuvimos reunidos con el intendente. Más allá de mostrar su predisposición y su buena intención para darnos una mano, el está muy atado de pies y manos porque no tiene herramientas para ayudarnos. El que puede ayudarnos y que en realidad está haciendo todo lo contrario es Perotti».
Por último, explicó que la formación de una Cámara que reúna a los gimnasios era un viejo anhelo, y que fue la situación asfixiante la que los unió: «Formamos la Cámara a partir de la cuarentena, tiene tres semanas de funcionamiento. Es un sueño que teníamos los que estamos en la industria desde hace muchísimos años y la pandemia ayudó a que uniéramos fuerzas».