El cesto, ubicado en Ayacucho al 1300, a veces está vacío y de repente aparece lleno, en una corriente de solidaridad sencilla y discreta, necesaria cuando la cuarentena deja a muchas familias sin ningún ingreso
Los vecinos de barrio Martin ya se acostumbraron a ella. Hace unos días apareció una caja colgada de un árbol con un cartel de cartón en la que se lee: «Si podés contribuí con un alimento no perecedero, y si estás en un momento de necesidad tomá lo que te haga falta (dejando lo demás para otros que también necesiten)».
El cesto, ubicado en Ayacucho al 1300, a veces está vacío y de repente aparece lleno, en una corriente de solidaridad sencilla y discreta, necesaria cuando el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el contagio de coronavirus está dejando a muchas familias sin ningún ingreso.
Se registró otra «cajita solidaria» además en inmediaciones de 3 de Febrero y Laprida. La solidaridad se extiende en momentos de mucha necesidad.