El 17 de mayo es el Día Mundial de la Hipertensión. Aunque durante este 2020 se han suspendido muchas actividades referentes a la jornada, es importante conocer los riesgos que encierra esta afección
El Día Mundial de la Hipertensión se conmemora todos los 17 de mayo. El objetivo de la jornada es prevenir la aparición de la enfermedad promoviendo buenos hábitos de vida.
También es importante el diagnóstico oportuno del trastorno, y es por ello que se incentiva la toma frecuente de la presión arterial, con el lema “conoce tus cifras”. Este ha sido el leitmotiv del Día Mundial de la Hipertensión desde hace, por lo menos, unos cinco años.
La enfermedad es un factor de riesgo cardiovascular porque se encuentra detrás de otras patologías que son las que, finalmente, conducen a las secuelas o a la muerte. Entre ellas, podemos mencionar al infarto agudo de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
Como veremos, es una patología muy frecuente, y el Día Mundial de la Hipertensión resulta una oportunidad clave para detectar y atacar a tiempo los valores tensionales elevados. Muchas vidas pueden salvarse actuando con precisión en este campo.
La hipertensión arterial en el mundo
Se calcula que todos los años mueren cerca de 17 millones de personas por enfermedades cardiovasculares. Esto representa casi un 30 % del total de muertes que suceden en el planeta.
Si a las muertes por causas cardiovasculares las desagregamos por sus factores de riesgo, veremos que más de 9 millones de dichos fallecimientos son vinculados a la hipertensión arterial. Es decir, más del 50 % de las muertes cardiovasculares se dan en hipertensos.
Entre los adultos mayores de 25 años, hay un 40 % de hipertensos. A medida que se avanza en el análisis de la edad, más casos se registran. La región mundial más afectada África.
El Día Mundial de la Hipertensión sirve para concientizar a aquellos que se creen sanos, pero que esconden cifras tensionales elevadas. De todos los hipertensos, un tercio no sabe que lo es; y los que sí lo saben, no alcanzan un control aceptable hasta en el 50 % de los casos.
Uno de los problemas es que la enfermedad no genera síntomas. Aunque hay personas que refieren padecer cefalea por la hipertensión arterial, lo cierto es que el síntoma responde a otras causas, pero no en directo a la hipertensión.
De todos modos, cuando un paciente consulta por un dolor de cabeza, por ejemplo, es buena práctica médica tomar las cifras de tensión. Existe una probabilidad alta de detectar a un hipertenso que no sabía su padecimiento.
El Día Mundial de la Hipertensión propugna el conocimiento de las cifras para que no pase desapercibida. Las consecuencias son graves, y su condición de silenciosa la hace más peligrosa.
Consecuencias de la hipertensión
La hipertensión arterial tiene órganos blancos donde ejerce el mayor daño. Son estos tejidos los que, al final, desencadenan los síntomas y las consecuencias desastrosas para la salud. Los más afectados son los siguientes:
Corazón: las arterias coronarias se lastiman por la hipertensión arterial y llevan a la posibilidad de un infarto agudo de miocardio, o una angina de pecho.
Cerebro: los accidentes cerebrovasculares suelen ocurrir en individuos hipertensos. Se puede obstruir una arteria de manera progresiva, o romperse por un pico hipertensivo. Las secuelas de este evento pueden ser desastrosas para la calidad de vida.
Arterias periféricas: la circulación de los miembros también sufre por cifras tensionales elevadas. La capa interna que reviste las arterias se lastima y favorece la obstrucción por grasa y plaquetas. A la larga, sobre todo las piernas, padecen la falta de oxígeno.
Riñones: el mecanismo de fondo que explica la insuficiencia renal en los hipertensos es la destrucción lenta de las arterias que se encargan del intercambio renal. No deja de ser un problema vascular, también.
Ojo: la retina es la más afectada por la hipertensión arterial dentro del globo ocular. Una retinopatía es una situación en particular peligrosa si el paciente es, además, diabético.