Una gran cantidad de familias ha visto mermadas sus posibilidades y ha aceptado su ayuda en estos momentos de dificultad
El aislamiento social por la pandemia y la imposibilidad de trabajar para muchas personas que deviene de ello ha generado una crisis a nivel mundial. Una gran cantidad de gente se encuentra en un estado de necesidad por el que nunca había tenido que pasar o al que nunca creyó que podría volver.
La desesperación se apodera del cuerpo en estos contextos y opciones que antes parecían no existir se ponen sobre la mesa. En Italia se ve un claro ejemplo. Una gran cantidad de familias ha visto mermadas sus posibilidades y ha aceptado la ayuda de la mafia en estos momentos difíciles, así lo advirtieron las autoridades según informe publicado por la BBC. En el mismo se recopilan declaraciones de ciudadanos y de miembros de la mafia sobre esta situación.
El hermano de un jefe del grupo del crimen organizado Cosa Nostra se ha encargado de repartir alimentos a los más necesitados en un barrio de Palermo, en la isla de Sicilia. «Lo hice porque la gente me llama y lloran por teléfono. Dicen que sus hijos no pueden comer», contó.
Además, señaló: «Hay una mujer joven que me ha estado llamando todos los días. Tiene cinco hijos y no sabe cómo alimentarlos». De acuerdo al reporte de la BBC, dijo que si ser mafioso [un miembro de la mafia] significa ayudar a la gente, entonces está «orgulloso de ser mafioso».
La entrega de comidas no es algo nuevo dentro del mundo de la mafia. «El objetivo es ganar credibilidad y presentarte como una alternativa al estado», aseguró Nicola Gratteri, investigador antimafia y jefe de la oficina del fiscal en la localidad de Catanzaro.
Para poder operar tranquilamente, estos grupos necesitan de una base sólida en sus lugares de origen. Entonces, ofrecer ayuda es una forma de conseguir seguidores. «La mafia nunca ha hecho nada por generosidad. Ese concepto no existe para ellos», remarcó el investigador.
Marcello (algunos nombres fueron modificados por protección) es propietario de un restaurante en el centro de la ciudad de Palermo que ha estado cerrado desde marzo. «Solo estoy esperando que aparezca un mafioso y me lo compre», dice. «Estoy seguro de que nunca podré volver a abrir», sostuvo.
Según Marcello, el proceso es muy sencillo. De vez en cuando, alguien llama a tu puerta y te hace una oferta. Ahí es cuando puedes negociar el precio. Luego, alguien transfiere parte del dinero a tu cuenta y obtienes el resto en efectivo. Este último, es el aspecto más atractivo de la transacción.
«Sería muy difícil para mí rechazar una oferta como esa», admitió Marcello. «En este momento, mi negocio se está hundiendo. Y cuando alguien te lanza un chaleco salvavidas, puedes elegir ahogarte con tus ideales o nadar», aclaró.
Inicialmente, la mafia no pide nada a cambio. Pero estos son favores que todos tendrán que devolver de alguna forma. Y la mafia siempre vuelve para cobrar sus favores, dijo el ex mafioso Mutolo.
«Tienen mucho dinero disponible», dijo. A lo que añadió: «Son mucho más eficientes que el estado cuando se trata de ayudar a los necesitados». Y eso es exactamente lo que les sucedió a Antonio y su esposa Francesca. Son dueños de una carnicería en una pequeña ciudad encalada en Apulia, en el sur de Italia. Hace varios días, uno de sus clientes habituales entró en su tienda y les ofreció dinero en efectivo para ayudarlos.
De alguna manera, sabía que su negocio estaba pasando por dificultades extremas debido a la cuarentena. «Nos miramos a los ojos, se nos encogió el corazón e inmediatamente nos dimos cuenta de lo que estaba pasando. Aceptar hubiera sido peligroso», dijo Antonio. Él y su esposa rechazaron la oferta.
La usura es el negocio principal de la mafia. Dan préstamos a tasas de interés muy bajas. Pero el «benefactor» inevitablemente comenzará a mostrar su «cara fea», según el investigador antimafia Gratteri. «Y luego, comienza una lenta agonía. El objetivo final del mafioso nunca es ganar dinero, sino hacerse cargo del negocio y usarlo para lavar dinero», destacó.
Desde que comenzó la cuarentena en Italia, el teléfono de ayuda a las víctimas de los usureros ha recibido un aumento de llamadas del 100% según informes, especialmente de pequeñas empresas. «Si el gobierno italiano no es capaz de ayudar a estas personas, se verán obligados a lanzarse a los brazos de la mafia», dice Attilio Simeone, que trabaja para ese servicio de ayuda.
A medida que el mundo enfrenta su peor recesión desde la Gran Depresión, y se espera que el PIB de Italia caiga un 9,1%, muchos italianos se encontrarán en una posición extrema. «Este es el momento más favorable para la mafia», advirtió Enza Rando. «En este momento, el tiempo es clave».
Ella, como muchos expertos contra la mafia, insta al gobierno italiano a poner dinero a disposición de las personas y las empresas antes de que la mafia intervenga para ofrecer dinero fácil y en efectivo. El gobierno italiano ha dicho que prestará hasta 25.000 euros a las empresas que lo necesiten. Pero Marcello no tiene intención de pedir un préstamo gubernamental.
«Sería imposible devolverlo. Todas las tiendas que reabrirán tendrán que seguir las reglas de distanciamiento social. Esto significa menos clientes y mucho menos dinero», sostuvo. Dice que todos los dueños de restaurantes que él conoce sienten lo mismo.
Creen que vender sus negocios a la mafia rápidamente y sin preguntas es su única opción. «Me siento como un completo fracaso», dice Marcello. «Siempre he condenado a la mafia, y estoy a punto de traicionar todo lo que creía», cerró.
Ilustraciones de Jilla Dastmalchi
Fuente: Sofia Bettiza – BBC