Mientras la canciller alemana Angela Merkel salió hoy a respaldar la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron de crear «una verdadera policía de frontera con competencias europeas», se conoció que al menos 44 refugiados y migrantes que intentaban llegar a Europa murieron ahogados este fin de semana en el Mar Mediterráneo.
A tres años de la llamada crisis de refugiados, marcada por el ingreso de alrededor de un millón de migrantes en menos de un año, Europa se encuentra sumida en un debate cada vez más nacionalista y antimigratorio.
Hoy la nota la dio el flamante ministro de Interior de Italia y líder del partido ultraderechista y xenófobo Liga Norte, Matteo Salvini, quien aseguró que expulsará lo antes posible a los inmigrantes que estén en Italia sin el correspondiente permiso de residencia.
Poco parece importar en los debates de los líderes políticos la precaria y violenta situación que enfrentan los refugiados y migrantes en sus países de origen y en los territorios que deben atravesar hasta llegar a Europa.
Por ejemplo, hoy el Ministerio de Defensa de Túnez informó que al menos 35 personas murieron cuando se hundió su barco ante la costa tunecina, cerca de las islas de Kerkena, según la agencia de noticias DPA.
En la embarcación que naufragó viajaban 120 inmigrantes.
Una escena similar se vivió hoy en las aguas de las costa turca. Allí al menos nueve inmigrantes murieron ahogados, entre ellos seis niños, informó la guarda costera de ese país.
La Comisión Europea informó recientemente que la cifra de refugiados y migrantes que intentan llegar a través de Turquía a Europa había vuelto a crecer considerablemente y las tunecinas islas Kerkenna, son el nuevo punto de partida para las embarcaciones con las que los inmigrantes intentan llegar al Viejo Continente desde el norte de África.
Esto significa que la política de externalizar las fronteras de la Unión Europea (UE) a través de acuerdos con Turquía y Libia no está funcionando.
Por eso, la UE reactivó su política para hacer frente a una posible nueva oleada de refugiados.
Merkel anunció hoy que respalda la idea de su par francés de crear una «fuerza de la Unión Europea de intervención rápida», según dijo al diario Frankfurter Allgemeine am Sonntag.
Se trata de una fuerza similar «con una cultura común de la estrategia militar» adecuada «a la estructura de la colaboración de la política de defensa de la UE», afirmó.
La canciller alemana también destacó que Frontex (la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros) se convertirá «a corto plazo en una verdadera policía de frontera con competencias europeas» y a largo plazo deberá existir «un ente europeo para el asilo».
Mientras el consenso europeo hoy es reforzar las fronteras y evitar la llegada masiva de nuevos refugiados y migrantes, no todos comparten el estilo diplomático y un poco más moderado de Merkel.
El flamante ministro del Interior italiano, Salvini, aseguró hoy que a «los (inmigrantes) ilegales se les ha acabado la buena vida, tienen que hacer las valijas».
Ya anoche, el líder de Liga Norte había propuesto detener las operaciones de las organizaciones humanitarias que rescatan en medio del Mediterráneo a los barcos con refugiados y comparó a los rescatistas con «vicetraficantes».
«Ningún vicetraficante podrá seguir atracando en puertos italianos», lanzó el ministro.
Hoy, en una visita a Sicilia, la isla donde llegan la mayoría de los barcos con refugiados, Salvini reiteró que el objetivo es impedir la salida de embarcaciones y expresó que buscan «salvar vidas y eso se consigue también impidiendo que salgan los barcos de la muerte».
En el Mediterráneo trabajan pocas organizaciones humanitarias debido a que el anterior gobierno italiano estableció un controvertido acuerdo con Libia y muchas ONG se negaron a aceptarlo.
Desde entonces, son menos los refugiados y migrantes que logran llegar a Italia.