Su esposa Crymy había venido antes de la cuarentena a Buenos Aires y no pudo volver. Se realizan gestiones para repatriar a los menores
Fernando Morales era médico y vivía desde hacía siete años en Tanzania. Estaba casado y tenía dos hijos, uno de 8 y otro de 12. El martes murió, presuntamente por coronavirus en el país que residía, y sus dos pequeños quedaron solos allá. Su esposa Crymy había venido antes del comienzo de la cuarentena a Buenos Aires y no pudo volver.
Fernando tenía 52 años y ejercía como médico en ICAP Columbia University Mailman School of Public Health, una ONG enfocada en brindar servicios integrales para combatir el VIH y en iniciativas de fortalecimiento del sistema de salud en comunidades vulnerables. Además, era paciente de riesgo para covid-19 al tener antecedentes cardíacos y pulmonares.
En uno de los últimos mensajes que envió, el argentino aseguró: «Estoy en la lona. No le quiero decir a mi vieja, pero empeoré muchísimo en 12 horas. Sin el oxígeno no sobrevivo ni dos minutos». Era consciente de sus riesgos y también de la poca posibilidad de asistencia en el país donde vivía. Estaba previsto trasladarlo a Sudáfrica, pero no llegó a hacerse a tiempo.
En medio de esta tragedia, sus dos hijos quedaron en Tanzania mientras su madre se encuentra en Argentina. Crymy, oriunda de Mozambique, había llegado al país antes del aislamiento obligatorio para ayudar a su suegra con el cuidado de su sobrino de 11 años, que había quedado a cargo de la abuela, tras la muerte sorpresiva de su padre.
Poco después de que comenzara la cuarentena, Crymy trató de volver a Tanzania para reencontrarse con su familia, pero las prohibiciones a nivel mundial no se lo permitieron. Ahora, buscan la forma de que sus hijos regresen al país y atravesar este duro momento en familia.
Para lograr el viaje de los chicos hubo gestiones con el cónsul de Mozambique en la Argentina, también con la embajada de Tanzania en Brasilia y con la de Sudáfrica en el país, aunque todavía no hay una solución. Desde Cancillería, adelantaron que el traslado de dos menores es sumamente complejo, aunque las gestiones se concentran en la embajada argentina en Nairobi.