El papa Francisco celebró hoy una misa con los sacerdotes chilenos víctimas de abusos sexuales del párroco Fernando Karadima, a los que aloja en su residencia de Casa Santa Marta y con los que se reunirá este fin de semana para «profundizar» su conocimiento sobre los escándalos en la Iglesia de ese país.
El pontífice presidió la celebración eucarística de este sábado en la capilla de su residencia vaticana antes de iniciar una serie de encuentros grupales e individuales con los cinco sacerdotes de la parroquia de El Bosque, en Santiago, víctimas del párroco condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia.
Junto a los dos religiosos que sufrieron los ataques en carne propia también son parte del grupo otros dos sacerdotes que han asistido a las víctimas en su recorrido jurídico y espiritual, y dos laicos implicados en este proceso.
Según informó el Vaticano, «el objetivo de esta reunión convocada por el Papa Francisco es profundizar en la realidad vivida por una parte de los fieles y del clero chileno».
Y agregó que «con la ayuda de estos cinco sacerdotes, el Papa busca poner remedio a la ruptura interna de la comunidad» para «empezar a reconstruir una relación sana entre los fieles y sus pastores, una vez que todos tomen conciencia de sus propias heridas».
El encuentro de este fin de semana es el segundo que tiene el pontífice con víctimas de abusos en Chile, luego de las reuniones del mes pasado con James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, víctimas de abusos por Karadima cuando eran menores.
La nueva reunión del pontífice con víctimas se da también tras la histórica cumbre que tuvo en mayo con un grupo de 34 obispos chilenos, en medio del escándalo por abusos y encubrimientos en el país, que terminó con la renuncia en bloque de los religiosos, aunque recién en las próximas semanas se conocerá qué dimisiones acepta finalmente Jorge Bergoglio.
Al mismo tiempo, luego del informe hecho en febrero y marzo pasados, que derivó en un cambio de postura del Papa sobre los casos de abusos, y «con el fin de avanzar en el proceso de reparación y sanación de las víctimas», en los próximos días volverán a Chile los enviados vaticanos Charles Scicluna y Jordi Bertomeu.
La semana pasada, en una carta enviada a los obispos y fieles chilenos, el Papa planteó que «el ‘nunca más’ a la cultura del abuso, así como al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse, exige trabajar entre todos para generar una cultura del cuidado que impregne nuestras formas de relacionarnos, de rezar, de pensar, de vivir la autoridad; nuestras costumbres y lenguajes y nuestra relación con el poder y el dinero».
En abril pasado, Bergoglio reconoció en una carta a los obispos chilenos sus errores en el caso Barros y luego recibió en el Vaticano a los tres principales denunciantes del obispo: Cruz, Hamilton y Murillo.
El Papa dio un notorio giro en su posición sobre el caso Barros, a quien le había rechazado la renuncia dos veces, luego de enviar a Chile un equipo del Vaticano para recoger testimonios de las víctimas de Karadima que acusan al obispo de Osorno.