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Inconsciente colectivo: jóvenes que trabajan por “educación para todos” en la cuarentena


CLG visitó la asociación que agrupa a estudiantes del Instituto Superior Olga Cossettini y dialogó con su presidente, Cristian Sebastiani, para conocer cómo trabajan y ayudan durante el aislamiento

Hace más de un año, desde la conducción del Centro de estudiantes del IES Nº 28 “Olga Cossettini” llevan adelante “Inconsciente colectivo”, una asociación civil creada como un espacio educativo-solidario para la juventud. Ahora, con la pandemia, observaron que para muchos estudiar no es nada fácil dado que el dictado del nuevo ciclo lectivo 2020 inició en formato virtual de acuerdo a las normas establecidas por el decreto nacional de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Ante esta realidad, buscan ayudar a los estudiantes para que puedan acceder a los materiales educativos, a bajo costo.

Cristian Sebastiani, presidente del espacio explicó a CLG de qué se trata el trabajo que realizan, principalmente en tiempos de pandemia.

«El ciclo lectivo arrancó de una manera que no esperábamos. Esto de la virtualidad no es para todos, ya que no solo implica tener una computadora, sino también requiere de buena conexión a Internet, un espacio habitacional adecuado; entre otras cosas”, comenzó contextualizando.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Estas limitaciones y necesidades de los estudiantes los condujo a idear nuevas alternativas para propiciar la situación. Asimismo, resultaba una buena oportunidad de aprovechar el espacio del local, dado que por la cuarentena no se le daba demasiado uso. De esta manera, la Agrupación Alfredo Palacios + Las Olgas se movilizaron para conseguir el permiso de las autoridades con el propósito de trasladar la fotocopiadora de la institución a la sede de «Inconsciente Colectivo», ubicada en Bv. Avellaneda 2431.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Con los equipos disponibles, la iniciativa consiste en crear una Biblioteca virtual, pública, gratuita y de fácil acceso que esté al alcance de los estudiantes que lo requieran. “La idea es poner en una página web todos los archivos digitalizados que se encuentran hace tiempo en la fotocopiadora para que todos lo tengan al alcance de su mano”, remarcó Sebastiani.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Además, Inconsciente Colectivo toma pedidos y encargos, con servicio de cadetería, con un costo más que accesible para llevar los textos en formato papel. “Estamos alcanzando el material a domicilio en un radio de 27 de febrero, Oroño, Córdoba y Provincias Unidas a solo 40 pesos el envío, y alrededor de ese radio, a toda la ciudad, se cobra un pequeño costo de $65”, agregó.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

La extensión de la propuesta es otro punto a destacar, ya que está abierta a cualquier nivel educativo. Si bien se focaliza en el superior, dado que es el que más utiliza fotocopias, Sebastiani aseguró que también están llevando material a escuelas primarias y secundarias para que el trayecto pedagógico sea más didáctico y más práctico.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Por otra parte, los integrantes de Inconsciente colectivo pidieron a los estudiantes que tengan paciencia con las solicitudes ya que la demanda se incrementa constantemente y actualmente son solo cinco voluntarios que se encuentran trabajando en ello, cubriendo los pedidos de todo Rosario. “Mauricio digitaliza, Iván y Pedro sacan las fotocopias, y Paz y yo, en bici o en auto, lo llevamos”, explicó.

Un espacio de contención

La idea que surgió fue crear un espacio de contención más allá de la actividad política, partidaria o no. Nosotros hacemos una militancia social, educativa, que nos conlleva a seguir teniendo lazos. Como el Cossetini nos había quedado chico, dijimos entre los graduados de crear esta asociación civil”, expresó Sebastiani al comentar sobre los inicios de la agrupación que surgió el 17 de agosto de 2019 con la iniciativa de abarcar distintas actividades, hoy por hoy suspendidas por el aislamiento.

“Tenemos psicólogas, psicopedagogas, profesor de guitarra, damos clases de ajedrez, cine, actividades barriales, clases de taekwondo…la idea es que cada uno que se acerca vuelque lo que sabe y, mancomunadamente, tratamos de mantener la casita, como nosotros la llamamos, activa de lunes a sábados”, añadió.

Durante la cuarentena, además de llevar a cabo el proyecto de la biblioteca virtual con el fin de garantizar el derecho a estudiar, también se encargan de organizar donaciones de alimentos y productos de limpieza para colaborar con los que más lo necesitan.

Como proyecto a corto plazo, tienen la expectativa de crear una nueva personalidad jurídica para armar una biblioteca popular a la que ya tienen pensada nombrar “La Cigarra”.

Sebastiani habló de “aspiraciones colectivas” al hacer referencia al origen de este espacio y emitió un mensaje muy apropiado de considerar en estos tiempos de pandemia para sobrellevar los momentos de crisis que atraviesa la sociedad: “Nosotros pensamos que el trabajo tiene que ser colectivo porque nadie se salva solo. No importa quién sea el presidente, vocal o socio; sino que se trata de un trabajo mancomunado que pretende ayudar, sobre todo, al que menos tiene.”

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