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Murió Carlos Regazzoni, el maestro de la chatarra


El artista, conocido por sus obras hechas con desechos de material ferroviario, tenía 76 años y estaba internado por una enfermedad.

El artista Carlos Regazzoni, conocido por sus trabajos con desechos de material ferroviario, falleció esta mañana a los 76 años en el Hospital Italiano, donde estaba internado como consecuencia de una enfermedad con la que venía luchando los últimos meses.

La noticia la dio a conocer por redes sociales su hijo, el médico y político Carlos Javier Regazzoni. “Se nos fue un grande! Abrazo Pa!”, posteó el ex titular de PAMI en alusión al artista que se hizo conocido por sus obras hechas con vías y pedazos de vagones en desuso.

Regazzoni nació en Comodoro Rivadavia, Chubut, en 1943, y luego se mudó a la localidad bonaerense de Longchamps, donde los vecinos le tienen un cariño especial.

El creador se destacó por su “arte de la chatarra”, a partir de la cual recuperaba piezas en desuso de los ferrocarriles para convertirlas en esculturas de diferentes tamaños. Gracias a esta técnica, fue contactado por la SNCF (Ferrocarriles de Francia), quienes le realizaron encargos que le permitieron hacerse un nombre en París desde su atelier en un hangar desafectado en el 18eme Arrondisment.

«Yo empecé a pintar porque enfrente de las vías -yo vivía enfrente- un día veo un quilombo infernal: japoneses con casco que iban y venían, máquinas con luces de colores, levantaban 50 metros de vías y durmientes, parecían murciélagos. ‘¡Yo tengo que pintar! ¡Ni la foto es suficiente, tengo que pintarlo!’. Y ahí empecé a pintar el universo ferroviario», confesó en diálogo con La Nación.

En el 2015 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires; recibió el Gran Premio del 28º Festival de Pintura de Cannes-sur-Mer, en Francia y sus obras se exhiben en museos, tanto en Buenos Aires como en París. Madonna y Diego Maradona son algunos de los famosos que adquirieron sus obras.

En su regreso al país tras la experiencia francesa, Regazzoni instaló su taller frente al barrio popular 31, en Retiro junto a un restaurante, El Gato Viejo, que donde además de cocinar atendía al público.