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Volvió el boxeo en Nicaragua: barbijos, distanciamiento y controles de temperatura


Foto: Jorge Torres - EFE

La jornada no tuve gran éxito con sólo un 15% de la capacidad del estadio ocupada

Una velada de boxeo tuvo lugar en Nicaragua a pesar del coronavirus con medidas extremas de precaución más allá de la postura política local, sin restricciones ni prevención ante la pandemia. La velada, transmitida a nivel internacional por orden del presidente Daniel Ortega, tuvo una convocatoria escasa en el estadio Alexis Argüello de Managua y las entradas gratuitas no ayudaron para acrecentar la expectativa.

Los espectadores fueron obligados a mantener el distanciamiento social, a utilizar barbijo, a desinfectar las suelas de sus zapatos con cloro y a untarse alcohol en gel en las manos, según consignó la agencia EFE. Previamente se sometieron a un test corporal con un límite de 37 grados para su ingreso.

Los boxeadores tampoco quedaron exentos de las medidas de prevención ya que utilizaron tapabocas desde su salida de los vestuarios hasta el cuadrilátero. Los asistentes de los púgiles resguardaron vías de respiración en todo momento, utilizaron guantes de latex y hasta la mujer encargada de informar el inicio de cada round subió con barbijo, vestida de manera sobria.

La mayoría de los árbitros, así como el presentador, también subieron al ring con barbijos para evitar un posible contagio y solicitaron un minuto de silencio antes de cada comabate por la víctimas del Covid-19. «Estos muchachos están conscientes de la responsabilidad, somos la luz del mundo», expresó el promotor de la pelea, el ex bicampeón mundial de boxeo Rosendo Álvarez.

La actividad fue criticada en redes sociales por personas que la consideraron más como un evento de proselitismo a favor de Ortega, que uno deportivo. Aunque esta fue la única velada que acaparó la atención, a lo largo de la noche se disputaron otras cuatro en Nicaragua promovidas por el Gobierno, con 16 peleas cada una, y en las que no se informó sobre medidas de prevención, según EFE.

El gobierno de Nicaragua reconoció únicamente 12 casos de la enfermedad, con tres muertos, y sin transmisión local comunitaria, pese a que ignora las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.