La señora, de 68 años, fue víctima de otro clásico "cuento del tío" y perdió los ahorros de toda su vida. Una mujer se hizo pasar por su hija y fingió que la estaban asaltando
Una mujer de 68 años fue engañada telefónicamente este miércoles en un clásico «cuento del tío» y sufrió el robo de los ahorros de toda su vida: 300 mil pesos. Según denunció, una mujer se hizo pasar por su hija y le dijo que la estaban asaltando, por lo que tenía que cumplir con lo que le decían y entregar todo el dinero que poseía en su hogar. La víctima siguió las instrucciones y dejó una bolsa con plata a una cuadra de su casa, que fue recogida por un automóvil.
En la jornada de ayer, Juana A., de 68 años, se presentó en la comisaría 12ª y denunció que aproximadamente a las 14, cuando se encontraba en su vivienda ubicada en calle Minetti 5649, recibió un llamado telefónico donde una mujer, «con la voz que me pareció que era mi hija» le dijo que Estados Unidos había tomado la Argentina, que debían cambiar el dinero que tenían en dólares y que ella ya estaba en el banco. E insistía en que no corte la comunicación.
Como la denunciante le respondió que no tenía dólares, la persona al teléfono comenzó a fingir un asalto y toma de rehenes, al empezar a gritar «mamá no están robando todo», por lo que la mujer mayor de edad le pidió calma y le aseguró que no le iba a pasar nada. La «falsa» hija dijo que siga las órdenes que daban los supuestos ladrones, hasta que un hombre tomó el teléfono y le exigió que ponga todo el dinero que poseía en una bolsa de consorcio.
La víctima juntó «lo que eran los ahorros de toda su vida», aproximadamente 300 mil pesos, y dejó la bolsa en la esquina de Minetti y Liniers. Luego volvió a su hogar y al decirle a los ladrones que ya había dejado el dinero los mismos cortaron la comunicación.
De inmediato llamó a su hija, quien le expresó que estaba bien y que no estaba enterada de lo que había pasado. Cuando depositó el dinero, la víctima contó que vio un auto de color blanco con vidrios polarizados que dio la vuelta manzana en una actitud sospechosa. Por último, desconoció quien podría haber sido el autor del engaño.