Según los números de marzo, la suba fue de 3,9%. Los fuertes aumentos se dieron principalmente en carnes, frutas y verduras
El Indec indicó que en marzo, la inflación nacional fue del 3,3%, acelerándose 1,3 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, la inflación acumuló una suba del 7,8% en el primer trimestre del año y mostró una variación interanual del 48,4%.
La mayor variación se vio en Educación (+17,5%), producto del inicio de clases y la actualización de las cuotas escolares. A su vez, Comunicación (+8,3%) mostró una dinámica elevada como consecuencia del aumento en telefonía fija, móvil e internet y Prendas de vestir y calzado mostró una evolución del 4,2%.
Por su parte, Alimentos y bebidas no alcohólicas creció 3,9%, por encima de la inflación general. Los aumentos más fuertes fueron en carnes, frutas y verduras. De esta manera, a pesar de que el tipo de cambio oficial no sufrió mayores sobresaltos, este capítulo acumula una suba de 11,7% en el primer trimestre del año.
Respecto a las categorías, el IPC Núcleo mostró un incremento del 3,1%, 0,2 p.p. menos que el Nivel general, que fue impulsado por la evolución de los Estacionales (+4,9%). Por último, se observó un aumento del 3,3% en el IPC Regulados producto de la fuerte suba en Educación.
Pronósticos para abril
Según la consultora Ecolatina, el relevamiento de precios quincenal mostró un incremento del IPC GBA de 2% en la primera quincena de abril respecto al mismo periodo del mes anterior. De esta manera, el IPC GBA Ecolatina se desaceleró 0,6 p.p. respecto a la primera quincena de marzo, y continuando la tendencia del mes pasado, los precios Estacionales y el IPC Núcleo continúan traccionando la inflación en el comienzo del año. En este sentido, prevén que la inflación se ubique más cerca del 2,5% a nivel nacional.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que casi la totalidad del período estuvo caracterizada por una cuarentena estricta que impidió el desarrollo de muchas actividades económicas y complicó el relevamiento de otras. Esto llevó a ausencias de precios de muchos servicios -que más allá del tratamiento metodológico preciso- podrían tener un impacto inflacionario una vez que puedan volver a realizar sus actividades.
¿Y después?
Con servicios públicos congelados y aumentos salariales que se pospondrán para la última parte del año, el principal driver de la inflación será el tipo de cambio.
El mismo no solo estará vinculado a la necesidad de evitar un atraso real de la cotización oficial, sino que las expectativas de devaluación jugaran su rol a través de la brecha con el dólar libre tras el aumento de la emisión monetaria para financiar el creciente déficit fiscal.
De esta forma, asumiendo presiones cambiarias significativas, esperamos que la inflación anual cierre en la zona de 45-50% en 2020.
Fuente: EcoLatina