El presidente de Brasil volvió a ignorar las recomendaciones sanitarias de distanciamiento social y encabezó un acto. Mientras tanto, ya fallecieron más de 2.300 personas a causa del Covid-19
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió hoy una vez más a ignorar las recomendaciones sanitarias de distanciamiento social en medio de la pandemia del coronavirus, que en el país ya se cobró más de 2.300 vidas, y participó de una de las varias manifestaciones que se realizaron a su favor en diferentes ciudades del país.
«Estoy aquí porque creo en ustedes. Ustedes están aquí porque creen en Brasil», manifestó el mandatario sobre una camioneta, en un repetitivo discurso en el que volvió a insistir sobre la lucha contra «la vieja política» y en el espíritu «patriótico» de los brasileños.
Bolsonaro se pronunció en Brasilia ante centenas de simpatizantes que después de participar de una caravana de coches se congregaron en las afueras del Cuartel General del Ejército para manifestarse a favor de una intervención militar, encabezada por el mandatario, en los poderes Legislativo y Judicial.
Sin usar barbijo ni guantes, pero con un sorpresivo cuadro de tos y evitando un contacto físico directo, como ocurrió ayer durante otra manifestación a su favor frente al presidencial Palacio de Planalto, cuando bajó la rampa y saludó de mano a los simpatizantes, Bolsonaro no hizo nada por dispersar la aglomeración y, al contrario, incitó el tumulto, reportó la agencia de noticias EFE.
Bolsonaro hoy en manifestación pública, sus seguidores piden intervención militar para terminar la cuarentena y cierre del congreso.
Las palabras de Bolsonaro venían acompañadas de una tos persistente. Brasil tiene 37.878 infectados y 2.610 muertos. pic.twitter.com/AdehwXUr3Y— Félix de Bedout (@fdbedout) April 19, 2020
El ultraderechista se pronunció ante simpatizantes que portaban carteles y gritaban consignas como «Intervención militar con Bolsonaro», «Fuera Maia» -en referencia al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia- y hacían alusión al «AI-5», el sombrío decreto contra los derechos humanos en la dictadura (1964-1985).
«Ahora está el pueblo en el poder y no queremos negociar nada», enfatizó el mandatario, quien reiteradamente ha ignorado las recomendaciones sanitarias para tomar cuidados durante la pandemia y al comienzo del brote llegó a calificar el coronavirus como una «gripecita» y un «resfriadito».
Después, el jefe de Estado se mostró contrario a las cuarentenas obligatorias y horizontales impuestas por estados como el de San Pablo, el más poblado del país y que con 46 millones de habitantes concentra el 42% de las 2.388 muertes reportadas hasta el momento, y defendió un aislamiento vertical solo para la población en riesgo.
Esa iniciativa lo distanció de su anterior ministro de Salud, el diputado y pediatra Luiz Henrique Mandetta, de gran aceptación por la mayoría de personas según las encuestas y que gozaba del apoyo de algunos sectores de la oposición, a quien terminó despidiendo esta semana y en su cargo situó al oncólogo Nelson Teich.
Con motivo de las celebraciones del Día del Ejército, centenas de simpatizantes de Bolsonaro convocaron para este domingo manifestaciones a favor del mandatario y en contra del Congreso, la Corte Suprema y de algunos gobernadores opositores al jefe de Estado en el enfrentamiento al coronavirus, que contabiliza 37.437 casos.
En San Pablo, por lo menos dos caravanas movilizaron partidarios de Bolsonaro desde el Parque de Ibirapuera y algunos barrios de clase alta hasta la céntrica Avenida Paulista, donde cientos de manifestantes protestaron contra el gobernador Joao Doria, un antiguo aliado del mandatario.
Otras capitales regionales como Río de Janeiro, Salvador, Recife, Natal y Porto Alegre también tuvieron movilizaciones a favor del gobierno federal y contra las autoridades locales.
Por su parte, el alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, decretó hoy que a partir del próximo miércoles será obligatorio el uso de barbijo en la vía pública, como método para contener la propagación de la pandemia.
Río de Janeiro es la capital de uno de los estados más afectados por la enfermedad en Brasil, el país con mayor cantidad de contagios y de muertes por coronavirus en América latina.
“Las mascarillas que estamos tornando obligatorias son las comunes, las hechas en casa; las profesionales, como determina el Ministerio de Salud, las vamos a dejar para los profesionales de la salud”, dijo Crivella en un video divulgado en redes sociales.
Una vez que la norma entre en vigencia, las personas que no usen barbijo podrán ser impedidas de entrar en bancos, supermercados, farmacias, colectivos, taxis y subtes.