A diferencia de lo que muchas personas piensan, la salud no es solo ausencia de enfermedad, engloba un abanico de aspectos mucho mayor
Es común pensar que la salud se refiere a la ausencia de enfermedad. Esto no es erróneo, pero el concepto es muchísimo más amplio. La educación para la salud (EpS) es un pilar fundamental para cualquier sociedad. Se trata de un proceso que busca que la población adquiera una serie de conocimientos y habilidades que le permitan tomar decisiones respecto a su propia salud. De esta manera, se puede entender la salud como un estado de bienestar personal y social.
En el camino para conseguir ese bienestar, es necesario tomar conciencia de que, para conseguir una buena salud, hay que promover la responsabilidad de cada persona. No solo para que adopte hábitos saludables consigo mismo, si no porque lo que decida hacer también influye en los demás.
¿Cómo se define la educación para la salud?
En los últimos años, la educación para la salud ha ido tomando fuerza y se considera uno de los procesos básicos dentro de la educación y la sociedad. Según la Organización Mundial de la Salud, la educación para la salud se define como: “Las actividades educativas diseñadas para ampliar el conocimiento de la población en relación con la salud y desarrollar los valores, actitudes y habilidades personales que promuevan salud”.
Según otros autores, es un proceso mediante el cual las personas aprenden a comportarse de una manera que favorece la promoción, el mantenimiento o la restauración de la salud. Es decir, se incorporan actitudes y hábitos saludables.
Además, este proceso va más allá: busca que cada persona desarrolle una capacidad crítica para tomar decisiones respecto a este tema, que permitan cuidar de su propia salud y la de los demás.
La educación para la salud también ayuda a analizar todos los factores que influyen en la salud de una población. Por ejemplo, examinando causas ambientales, sociales o económicas que causan enfermedades o problemas sanitarios.
Ponerla en práctica
Como cualquier otro proceso educativo, la educación para la salud puede realizarse mediante diferentes métodos. En primer lugar, están los métodos directos o bidireccionales, que son aquellos en los que están establecidos el rol del educador y del oyente.
Para poder llevar a cabo los métodos directos, se necesita que haya cierta cercanía entre la persona que educa y el resto. Sería, por ejemplo, una clase donde el profesor transmite los conocimientos o una discusión en grupo.
Dentro de estos métodos, también encontramos las charlas sobre contenido sanitario y el diálogo. Un ejemplo claro de diálogo es cuando el médico, en una consulta, hace una serie de recomendaciones dirigidas al paciente.
Por otra parte, están los métodos indirectos, también llamados unidireccionales. La base de estos es que una persona emite un mensaje que puede llegar a un número mayor de personas mediante medios como la televisión.
Dentro de los métodos indirectos están los medios audiovisuales y sonoros. Por ejemplo, la educación para la salud se puede realizar mediante folletos, carteles o periódicos. También, a través de la radio o el cine.
La importancia de internet
Cabe destacar que, en la actualidad, Internet es uno de los aspectos fundamentales en la educación para la salud. Es la mayor fuente de información que existe. El problema es que esta información puede no ser la más adecuada o veraz.
Por ello, hay que saber cómo utilizar esta herramienta, buscando fuentes fiables y educativas. De hecho, cada vez hay más aplicaciones y programas que tienen como objetivo promover, de alguna forma, la salud y los hábitos saludables.
Por último, es importante resaltar que la educación para la salud no es un proceso que se centre solo en los jóvenes, sino que busca la colaboración de toda la población. Nunca es tarde para empezar a concienciarnos y responsabilizarnos de nuestra salud.
Fuente: Mejor con Salud