Un comando armado de siete a diez hombres atacó el miércoles el recinto del ministerio del Interior de Afganistán, en Kabul, provocando explosiones y tiroteos durante cerca de 90 minutos antes de aniquilado.
El portavoz del ministerio del Interior, Najib Danish, dijo que «diez atacantes tomaron parte en la operación y todos fueron asesinados» en el enfrentamiento con las fuerzas del orden, sin haber conseguido acceder a los edificios.
«Fue asesinado un policía y cinco resultaron heridos» durante este ataque que no había sido reivindicado más de dos horas después de su inicio, añadió.
Después del ataque continuaron las operaciones de rastreo. «Se trata sobre todo de activar las chaquetas suicidas encontradas en los cuerpos de los asaltantes», dijo Danish, avisando que podrían escucharse nuevas explosiones.
Una fuente de seguridad dijo a la AFP que «fueron asesinados siete terroristas. Las operaciones de limpieza continúan para asegurarse que no quede ninguna amenaza» en el recinto del ministerio, un amplio complejo situado de camino al aeropuerto de Kabul.
El número definitivo de atacantes sigue siendo confuso: al principio se citó un número de tres a cinco.
La primera explosión se escuchó a mediodía en el primer puesto de control bloqueando la entrada al ministerio, seguida por muchas otras y por tiroteos.
Las fuerzas especiales fueron enviadas inmediatamente al lugar y se bloquearon todas las carreteras en dirección al ministerio.
Hace diez días, los talibanes invitaron a los kabulíes a mantenerse alejados de los «sitios militares» para «evitar bajas civiles».
Según la misión de la ONU en Afganistán (Manua) la capital se ha convertido desde 2017 en el lugar más peligroso del país para los civiles por la multiplicación de los atentados reivindicados por los talibanes o el grupo Estado Islámico.