Michelle Bachelet, representante de la ONU en su comisión de Derechos Humanos, ratificó que los países de Latinoamérica abran sus fronteras para repatriar
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió este miércoles a los gobiernos latinoamericanos «abrir las fronteras a sus propios ciudadanos que se encuentran varados en el extranjero» por el cierre provocado por la pandemia de coronavirus, tras varios casos de migrantes bloqueados o incluso discriminados en zonas fronterizas.
Bachelet hizo este pedido luego de que la semana pasada 1.300 ciudadanos bolivianos intentaron volver a su país desde Chile, a través de la frontera en Colchane y fueron reprimidos por militares bolivianos que resguardaban la línea limítrofe.
Para la presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, los militares reprimieron porque se trató de un intento de simpatizantes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del mandatario depuesto Evo Morales, de intentar desestabilizar a su gobierno.
Desde su exilio en Argentina, Morales rechazó esta acusación y volvió a acusar a Áñez de estar usurpando ilegalmente el poder en Bolivia luego de que las Fuerzas Armadas y la Policía lo obligaran a renunciar en octubre pasado.
La oficina de Bachelet no reprodujo la versión de Áñez y, en cambio, denunció la represión de los migrantes bolivianos y la negativa de su país de dejarlos retornar.
Denunció que como consecuencia del cierre de la frontera el 26 de marzo «unos 1.300 bolivianos -incluyendo ancianos, niños y mujeres embarazadas- que trataban de regresar a su país quedaron varados en el lado chileno de la frontera, donde cientos de ellos tuvieron que dormir a la intemperie, con poca agua y comida, y con temperaturas inferiores a cero grados centígrados».
«En virtud del Derecho Internacional, toda persona tiene derecho a regresar a su país de origen, incluso durante una pandemia”, manifestó la ex presidenta chilena.
Además, instó a los gobiernos de la región a hacer todo lo posible para «garantizar el regreso seguro, digno y voluntario de sus ciudadanos, así como su reincorporación sostenible a la sociedad», según reprodujo la agencia de noticias Europa Press.
Según explicó, en general son los migrantes más pobres los que tratan de regresar a sus casas a través de las fronteras terrestres y “quienes se ven impedidos de hacerlo” por las medidas impuestas para frenar la pandemia.
«Si los gobiernos no les permiten volver, colocan a los migrantes en situaciones de extrema vulnerabilidad, en particular durante la actual pandemia», concluyó.
Por último, exhortó a los gobiernos a «incluir a todos los migrantes, cualquiera que sea su estatus migratorio, en los planes de prevención, respuesta y recuperación del Covid-19 y velar porque dispongan de acceso equitativo a la información, a los test, a los cuidados sanitarios y a la protección social».
Los gobiernos de Chile y Bolivia llegaron esta semana a un acuerdo por el cual los bolivianos que deseen regresar a su país serán trasladados a un campamento especial en la ciudad chilena de Iquique, donde guardarán cuarentena de 14 días, hasta que puedan ser enviados al campamento para retornados de Pisiga, en Bolivia.
Similares situaciones se dieron en otras fronteras de la región latinoamericana, y algunos de los migrantes sufrieron hostilidad discriminación y violencia en su intento de regresar a sus países, denunció la Oficina dirigida por Bachelet.