Las empresas de electrodomésticos Mabe y la fábrica termotanques y calefones Rheem, suspendieron entre las dos a más de 350 empleados, quienes ahora tienen mucha incertidumbre en torno a su futuro laboral.
En primer orden, la empresa productora de electrodomésticos Mabe suspendió a sus 250 empleados por un mes en la planta que opera en el parque industrial norte de la provincia de San Luis.
La compañía de capitales mexicanos dedicada a la fabricación de productos de línea blanca (heladeras y cocinas) consensuó la medida con el seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Según dijeron voceros del gremio a la prensa, las suspensiones fueron acordadas para evitar «más de 50 despidos» dado que la firma sintió el impacto de la caída de la demanda interna y del ingreso de productos importados.
Los trabajadores estarán suspendidos desde el próximo 2 de junio y si bien percibirán sus haberes completos, el compromiso contempla que deberán «devolver» el dinero percibido en 114 horas extra durante julio con tareas sábados y domingos.
Por su parte, la fábrica termotanques y calefones Rheem decidió no continuar los contratos a término de 119 operarios y los 190 empleados de planta temen que la empresa avance con despidos.
La planta que opera desde 1998 en San Luis contaba este martes con 190 empleados efectivos y 27 trabajadores contratados (colocados por agencias de empleo, a término), a los que tampoco renovaría.
José Fernández, delegado de los trabajadores de la planta, advirtió que la situación «es complicada» y dijo que el temor está en que tras la reducción de 119 operarios ahora avancen sobre los trabajadores con relación de dependencia.
La planta de termotanques -ubicada sobre la Ruta Nacional 7 en las afueras de la capital provincial- cuenta con equipamiento de moderna tecnología con capacidad de producción de 120.000 artefactos por año en un solo turno.
«Mabe está en temporada baja, nosotros en alta. La marca era líder en el mercado y siempre fue comprando las marcas que iban apareciendo. Sabemos que la empresa va a querer seguir liderando y cuando empiecen a entrar los termotanques chinos que salen más baratos y los venden, también, más baratos, no va a poder competir», dijo Fernández.
En Rheem, describió el delegado de los operarios, hay trabajadores con veinte años de antigüedad y con alrededor de 45 años de edad lo que «nubla el horizonte» laboral en el caso de un cierre definitivo.
«El futuro que vemos es que van a dar de baja a los efectivos; un día vamos a llegar a casa y va a estar el telegrama de despido», dijo Fernández en declaraciones a la prensa local.
Los trabajadores le pidieron al gobierno de Alberto Rodríguez Saá que «tome cartas en el asunto» porque, según dicen, Rheem «está llevando termotanques para ensamblarlos en Catamarca, lo que quita mano de obra local».