El gobierno y la Justicia de Irán debaten prohibir por completo las redes sociales en el país, tras la ola de manifestaciones contra el gobierno iniciadas en diciembre último, que usaron plataformas en la red Internet para multiplicarse y dejaron una veintena de muertos y varios miles de arrestados.
La medida afectaría sobre todo a las aplicaciones que permiten enviar video y fotografías (Telegram e Instagram), que todavía funcionan en Irán y que los manifestantes utilizaron profusamente para comunicarse durante la protestas, informó hoy el vicefiscal general, Abdul-Samad Jorramabadi.
«Estos medios no sólo difunden contenidos contrarios a la seguridad interna del país, sino también contrarios a los valores islámicos», afirmó Jorramabadi en una entrevista concedida al portal de noticias iraní Mizan Online.
El vicefiscal general, que calificó a estas plataformas como «incontrolables» e insistió en que deben ser bloqueadas por completo, señaló no obstante que el Gobierno es de otra opinión, aunque no tiene la última palabra en este asunto, según dijo en la entrevista reproducida en parte por la agencia de noticias EFE.
Las protestas, que comenzaron a finales de diciembre, se dirigieron en un primer momento contra la política económica y exterior del Gobierno del reformista Hassan Rohani, pero rápidamente se extendieron a todo el sistema político, en el que tiene una gran influencia la cúpula religiosa, como el líder máximo, el ayatollah Ali Jamenei.
Las autoridades del país persa denunciaron desde el principio que la ola de protestas fue organizada e impulsada por los «enemigos de Irán», y la prensa local mostró estadísticas sobre el origen de la convocatoria en las redes sociales, cuyo hashtag «#IranProtests» se nutrió en un 80% de mensajes originados en Reino Unido y Arabia Saudita.
El uso intensivo de las redes sociales y su potencial para sumar manifestantes desató una discusión entre la línea dura del sistema, que quiere controlar Internet por completo e imponer una red local, y los reformistas que, encabezados por Rohani, se oponen rotundamente a ello, sobre todo el Ministerio de Comunicación.
No se puede privar a la nueva generación de medios tecnológicos como Internet sólo porque puedan ser dañinos, «al igual que no se puede prohibir un libro sólo porque a uno no le guste el contenido crítico», afirmó Rohani a principios de semana.
Ante esa postura, Jorramabadi aseguró hoy que el Gobierno y el Ministerio también serían responsables si vuelve a haber protestas críticas con el sistema.
Desde hace años, millones de iraníes acceden a páginas web prohibidas y redes sociales como Facebook y Twitter a través de aplicaciones que «esconden» el origen de los internautas, como las redes privadas virtuales (VPN).
Hoy, Rohani, exigió la liberación de todos los estudiantes detenidos durante las protestas.
«Después de consultas con el ministro de Interior y con el jefe de los servicios secretos, el presidente exigió la liberación de todos los estudiantes en un plazo de 24 a 48 horas», dijo el ministro de Ciencia, Mansur Gholami, tras una reunión del Gobierno.
Si bien no existen datos oficiales, en las protestas podrían haber sido detenidos hasta 3.700 manifestantes, según informó ayer un diputado reformista en base a una lista remitida a los servicios secretos y al Ministerio de Interior.
Tampoco existe una cifra oficial de estudiantes detenidos, aunque se habla de más de un centenar.