Uno de los fallecidos era efectivo de la Prefectura Naval Argentina y el otro un joven, que presuntamente quiso evadir los controles
Un efectivo de la Prefectura Naval Argentina y un joven de 21 años murieron este viernes en un sangriento episodio registrado en un control de vehículos con motivo de la cuarentena por la pandemia de coronavirus en la ciudad santacruceña de Puerto Deseado.
Según pudieron reconstruir medios de prensa locales citando fuentes policiales, el incidente comenzó cuando un joven le disparó a quemarropas al agente de la Prefectura en un operativo montado sobre la calle Capitán Onetto para controlar que se cumplan con las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuestas por el gobierno.
El agresor, que intentó evadir el control aparentemente, fue identificado como Pedro Espinoza y tras provocar heridas mortales en el prefecto trató de escaparse hacia un gimnasio lindante, desde donde se tiroteó con compañeros del efectivo fallecido y de la Policía provincial.
En medio de ese operativo dispuesto para detener al atacante, Espinoza perdió la vida al ser alcanzado por disparos durante el intercambio con el personal de las fuerzas de seguridad, según informó La Opinión Austral en su sitio web.
«Después de herir al prefecto, hubo una persecución. El hombre seguía a los tiros, tomó a una persona de rehén, siguió disparando a las fuerzas de seguridad y ahí fue abatido», dijo el intendente de Puerto Deseado, Gustavo González, en declaraciones a la radio LU12 de Río Gallegos.
El prefecto baleado, identificado como Richi Soto y oriundo de Las Heras, de acuerdo con La Opinión Austral, fue trasladado de urgencia hasta el Hospital Distrital de Puerto Deseado, aunque finalmente perdió la vida.
«Un agente de Prefectura falleció hace momentos en el hospital, se estaba tratando de reanimar tras haber recibido una bala de arma de fuego en uno de los controles rutinarios de esta cuarentena», dijo el jefe comunal.
«Es el dolor más grande que tenemos, de una persona que estaba cumpliendo con su deber y que haya terminado de la manera en que terminó», manifestó González.
Este sangriento incidente, en plena cuarentena por la pandemia de coronavirus, se registró menos de dos meses después de que en la misma localidad del noreste de Santa Cruz una mujer de 45 años fuera violada y su pequeño hijo de cuatro asesinado por dos hombres en una zona de playas conocida como «Cueva de los leones».
«Lamentamos este hecho que otra vez nos pone en los medios nacionales por las malas noticias», sostuvo el intendente González sobre el tiroteo de este Viernes Santo que le costó la vida al prefecto y a su atacante.