Los temores a que puedan aumentar las emisiones de carbono son infundados, al menos en casi todas las partes del mundo; según muestran nuevas investigaciones.
Un nuevo estudio de las universidades de Exeter, Nimega y Cambridge indica que bajo las condiciones actuales, conducir un auto eléctrico será mejor para el clima que los coches de combustible convencionales en el 95% del mundo. Las únicas excepciones son lugares como Polonia, donde la generación de electricidad sigue basándose principalmente en el carbón.
A pesar de haber sido cuestionado por los medios de comunicación, el estudio demuestra que los autos eléctricos llevan a emisiones inferiores de carbono en general, incluso si la generación de electricidad sigue implicando el uso de cantidades sustanciales de combustible fósil.
Las emisiones medias durante la vida útil de los coches eléctricos son hasta un 70% más bajas que las de los coches de nafta en países como Suecia y Francia (que obtienen la mayor parte de su electricidad de fuentes renovables y nucleares), y alrededor de un 30% más bajas en el Reino Unido.
Dentro de unos años, incluso los coches eléctricos ineficientes serán menos intensivos en emisiones que la mayoría de los nuevos coches de nafta en la mayoría de los países, ya que se espera que la generación de electricidad sea menos dependiente del carbón que en la actualidad.
El estudio proyecta que en 2050, uno de cada dos coches en las calles podría ser eléctrico. Esto reduciría las emisiones globales de CO2 hasta 1,5 gigatoneladas por año, lo que equivale a las emisiones totales de CO2 actuales de Rusia.
El estudio también examinó las bombas de calor eléctricas de los hogares, y encontró que también producen menos emisiones que las alternativas de combustible fósil en el 95% del mundo. Las bombas de calor podrían reducir las emisiones globales de CO2 en 2050 en hasta 0,8 gigatoneladas por año, aproximadamente igual a las emisiones anuales actuales de Alemania.
«Empezamos este trabajo hace unos años, y los responsables de las políticas en el Reino Unido y en el extranjero han mostrado mucho interés en los resultados», dijo Jean-François Mercure, del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter. «La respuesta es clara: para reducir las emisiones de carbono, debemos elegir los coches eléctricos y las bombas de calor domésticas en lugar de las alternativas de combustibles fósiles».
«En otras palabras, la idea de que los vehículos eléctricos o las bombas de calor eléctricas podrían aumentar las emisiones es esencialmente un mito», dijo el Dr. Florian Knobloch, del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Nimega (Países Bajos), el autor principal del estudio.
«Hemos visto mucha discusión sobre esto recientemente, con mucha desinformación. Ahora hay un estudio definitivo que puede disipar esos mitos. Hemos examinado los números de todo el mundo, mirando una amplia gama de coches y sistemas de calefacción. Incluso en nuestro peor escenario, habría una reducción de las emisiones en casi todos los casos. Esta idea debería ser muy útil para los responsables políticos».
El estudio examinó las emisiones actuales y futuras de los diferentes tipos de vehículos y opciones de calefacción en todo el mundo. Dividió el mundo en 59 regiones para tener en cuenta las diferencias en la generación de energía y la tecnología.
En 53 de estas regiones -incluyendo toda Europa, los Estados Unidos y China- lo descubierto muestra que los coches eléctricos y las bombas de calor ya son menos intensivos en emisiones que las alternativas de combustibles fósiles.
Estas 53 regiones representan el 95% de la demanda mundial de transporte y calefacción y, con la descarbonización de la producción de energía en todo el mundo, el Dr. Mercure dijo que «los últimos casos discutibles desaparecerán pronto”.
Los investigadores llevaron a cabo una evaluación del ciclo de vida en la que no solo calcularon las emisiones de gases de efecto invernadero generadas al utilizar los automóviles y los sistemas de calefacción, sino también en la cadena de producción y el procesamiento de los residuos. «Teniendo en cuenta las emisiones procedentes de la fabricación y el uso continuo de energía, está claro que debemos fomentar el cambio a los coches eléctricos y las bombas de calor domésticas sin ningún tipo de arrepentimiento», concluyó el Dr. Knobloch.
Fuente: NCYT Amazings