La mujer, de 44 años, falleció el martes en una clínica de La Falda. Su familia afirma que no recibió atención porque no tenía coronavirus
La familia de una docente que murió el pasado martes de neumonía en una clínica de La Falda denunció hoy que la mujer no recibió atención médica durante los días que permaneció con fiebre por no tener coronavirus. Además, criticaron duramente el desempeño de la Administración Provincial del Seguro de Salud (Apross), la obra social de Córdoba.
Liliana Giménez, de 44 años, madre de dos hijos adolescentes y residente en Villa Giardino, daba clases en zonas rurales y a mujeres de la cárcel de Bower, y tuvo la particularidad de relatar por Twitter los síntomas que sufrió durante los ocho días de fiebre elevada que padeció en su domicilio.
El hermano de la víctima, Hernán Giménez, dijo a Canal 12 de Córdoba que Liliana «pidió un médico a domicilio pero le dijeron que hasta que no tuviera otro síntomas no hacía falta”, en referencia al 0800 del Apross.
Por su parte, el intendente de Villa Giardino, Omar Ferreyra, sostuvo que cuando la mujer fue llevada por su esposo al centro de salud local la sometieron a una radiografía de tórax que determinó la gravedad de su cuadro, por lo que se indicó el traslado a La Falda. Ferreyra dijo también que los resultados del hisopado arrojaron que no tenia Covid-19.
«El 3 de abril ya no se podía levantar, estaba muy débil, como relató en las redes sociales, luego mi cuñado la llevó, le pusieron la penicilina que recetó el médico Jorge Soria, del dispensario de Villa Giardino, y no tuvo efectos”, contó su hermano.
Hernán agregó que «ella decía que entre la gente de Villa Giardino no se podía decir que tenía fiebre porque te estigmatizaban. Llamaba al 0800 de Apross y le decían que no asista al centro de salud, así que hizo caso a lo que le iban diciendo». “Dejaron morir a una persona muy valiosa, con dos hijos de 13 y 15 años”, lamentó el hermano de la mujer.
Liliana relató lo vivido, entre hechos e ironías, en la cuenta ‘Lilipad’ de Twitter desde el 28 de marzo: “No me siento bien y le dije a mi marido que se fijara si había dos puntitos de sangre en el almohadón y se rió. Aguanten las referencias literarias”.
Un día más tarde expresó: “38,3 hasta luego amigos, los quise” y el martes 31 escribió: “Actualización: Anoche 39,6 pese al paracetamol. Dice Apross que aumente la dosis, pero que NO VAYA a los centros de salud. No califico para Covid19”.
“El chismerío alcanza nuevos niveles con los grupos de Facebook de los pueblos en donde se encargan de escrachar a los que se enferman o son sospechosos de ello, sus familias y cualquiera que haya tenido contacto. Como si enfermarte fuera tu culpa”, colocó el 1 de abril en la red social.
El viernes 3, Giménez publicó: “Hace tanto que estoy en cama que cuando hago dos pasos se me acalambra el gemelo. A puro antipirético que sorprendentemente no es algo ‘para evitar irse’ en cordobés básico”, y un día más tarde, agregó: “Ocho días de fiebre me llevó que un médico se acercara. Por tema coronavirus, sí tenés fiebre ‘esperá por otros síntomas’ y estamos empezando. Fleming cómo te amo”.
Ese mismo día, la docente escribió: “Espero que no sea como el chiste de a ese que le enseñaban cómo suavizar la noticia de una muerte”.
Su último tuit fue el 6 de abril, antes de que la internaran.
https://twitter.com/414us_/status/1247184192087232514