La causa denuncia la existencia de sobornos de parte de Rusia y Qatar para ser sedes de los mundiales en 2018 y 2022
A cinco años del primer cimbronazo, y dos sin nuevas acusaciones, la Fiscalía del denominado «FIFA-Gate» denunció que el pago de sobornos por parte de Rusia y Qatar para ganar la elección de esas sedes para los Mundiales masculinos de fútbol 2018 y 2022, presuntamente con el argentino Julio Humberto Grondona como beneficiario.
Es que a Grondona, fallecido en julio de 2014 -antes que se iniciara el proceso-, siempre se lo relacionó con la persona mencionada como «Co-conspirador 1» dentro de la acusación formal, a la que ahora se apunta directamente al brasileño Ricardo Teixeira y al paraguayo Nicolás Leoz -también muerto- por haber recibido dinero para votar por esos dos países.
«En varios pasajes relevantes para esta acusación, el Co- Conspirador #1 era un ejecutivo de alto rango de la FIFA, la Conmebol y la Asociación del Fútbol Argentino», dice la nueva acusación, por lo que el único dirigente argentino que, entre 1999 y 2015 ostentó todos esos cargos, fue Julio Humberto Grondona».
Este lunes, en los tribunales de Brooklyn, la fiscalía apuntó por primera vez al pago de sobornos por parte de dos países, Rusia y Qatar, para los mencionados dirigentes latinoamericanos, que recibieron millones de dólares para votar a estas dos naciones como sedes de los Mundiales masculinos de fútbol de 2018 y 2022.
«Varios miembros del comité ejecutivos fueron ofrecidos y recibieron sobornos vinculados a sus votos. Por ejemplo, Ricardo Teixeira, Nicolás Leoz y el Co-Conspirador 1 fueron ofrecidos y recibieron pagos a cambio de sus votos a favor de Qatar, para que albergue la Copa del Mundo 2022″, señaló el documento de la fiscalía.
Teixeira fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entre 1989 y 2012 y su nombre no es nuevo en la causa, ya que en 2017 fue inhabilitado de por vida por la FIFA tras haber sido declarado culpable de aceptar pagos indebidos de empresas de televisión que buscaban quedarse con los derechos de certámenes de la Conmebol.
Por su parte, el paraguayo Nicolás Leoz fue el mandamás de la Conmebol entre 1986 y 2013 y murió en agosto de 2019, luego de ser culpable de haber aceptado sobornos a principios de la década del 2000 por parte de compañías que buscaban televisar torneos que pertenecían a esa Confederación.
Pero el «Co-Conspirador #1» también aparece en otro apartado del escrito, que apunta a la entrega de información privilegiada sobre la licitación de los derechos de TV de los mundiales de 2018 y 2022 a dos ex ejecutivos de Fox Sports que fueron acusados este lunes: el mexicano Carlos Martínez y el argentino Hernán López.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, «los acusados, junto con otros, se aprovecharon de la lealtad asegurada mediante el pago de coimas a ciertos ejecutivos de la Conmebol por las Copas Libertadores para avanzar en otros intereses comerciales de Fox, obteniendo información confidencial del Co-Conspirador #1 sobre la licitación para los derechos de TV de 2018 y 2022 en los Estados Unidos».
«Además, al acusado Jack Warner (Trinidad y Tobago) se le prometieron y recibió sobornos pagos por el total de USD 5 millones y a Rafael Salguero (Guatemala) se le prometió USD 1 millón a cambio de sus votos en favor de Rusia, para que sea anfitrión de la Copa del Mundo 2018», aseguró el escrito de la fiscalía.
López y Martínez, que deberán comparecer el jueves ante la jueza federal de Brooklyn Pamela Chen, estaban a cargo de los negocios de la compañía Fox -actualmente parte del conglomerado de Disney- en América Latina y en 2017 habían estado implicados en el juicio.
En ese bloque de denuncias también se incluye al ex CEO de la empresa española Imagina y a la compañía argentina Full Play, también acusados de conspiración para delinquir.
De los 45 acusados que lleva el «FIFA Gate», siete son argentinos: con el agregado de López, también están Alejandro Burzaco, exCEO de Torneos, sigue en Estados Unidos a disposición de la Justicia estadounidense y sin fecha de sentencia; los dirigentes José Luis Meiszner y Eduardo Deluca, ambos con prisión domiciliaria y pedidos de extradición rechazados; los dueños de la empresa «Full Play» (acusada de pagar sobornos por derechos televisivos) Hugo y Mariano Jinkis, por quienes el juez Claudio Bonadio denegó el pedido de Estados Unidos a fines de 2016; y José Margulies, argentino nacionalizado brasileño y de 80 años, fue condenado a dos años de prisión condicional por su rol -como miembro de la empresa «Traffic» en el FIFAgate.
Además, de esas 45 personas, cinco han fallecido, mientras que 22 se declararon culpables de las acusaciones, y de ellos, solo seis han sido sentenciados.
Una docena aún están en sus países, donde fueron procesados por la justicia local o están en libertad mientras combaten la extradición.
Solo fueron a juicio tres dirigentes de altos cargos que se declararon inocentes: el ex jefe del fútbol brasileño José Maria Marín y el ex jefe de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, fueron hallados culpables y condenados a penas de cárcel, mientras que el ex jefe del fútbol peruano Manuel Burga fue absuelto.