Por Carlos Duclos
Una verdadera locura, un disparate descomunal, es lo que se ha vivido este viernes cuando abrieron los bancos y se formaron desde las primeras horas del día largas y abarrotadas colas de jubilados y pensionados, pugnando por cobrar sus haberes, asignaciones de AUH, bonos o realizar diligencias bancarias. Una falta de previsión injustificable de las autoridades pertinentes, quienes deberían haberse adelantado y evitar estas situaciones adoptando medidas pensadas con antelación. Y todo esto en el marco de un día destemplado, con temperaturas que han descendido desde ayer jueves y que son caldo de cultivo para la proliferación de enfermedades.
Que no quede ninguna duda: con estas situaciones que se vivieron en todas partes del país, no solo se ha puesto en riesgo la salud de una franja vulnerable de la población, la tercera edad, sino que se ha producido una grieta en el protocolo de seguridad tendiente a mitigar los efectos del Coronavirus.
Que los jubilados y pensionados necesitan de su dinero ¿quién lo duda?, pero deberían haberse instrumentado acciones para evitar todo esto que es un pandemónium en el marco de la pandemia. Una locura propia de la mediocridad existente.