María Sol Dimas Ruiz, psicóloga y vicepresidenta de la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer (Alma), dio una serie de recomendaciones en diálogo con CLG para afrontar el inusual escenario que plantea el coronavirus
Por Matías Gregorio
El escenario de excepcionalidad que plantea la pandemia del coronavirus impacta de manera especial en las personas que padecen demencia como, por ejemplo, Alzheimer. El confinamiento provoca un cambio en las rutinas que les ofrecen estabilidad, como salir a pasear, acudir a los centros para mayores o de día y recibir visitas de familiares. Esta situación genera un gran desconcierto entre familiares y cuidadores, que se enfrentan a situaciones nuevas y complejas. Por ello, CLG dialogó con María Sol Dimas Ruiz, psicóloga, vicepresidenta y coordinadora de los grupos de ayuda de la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzhéimer (Alma), organización local que colabora desde hace más de 25 años con pacientes con Alzheimer y también con sus familiares.
Los adultos mayores pertenecen al grupo de riesgo por coronavirus, y si bien la demencia no incrementa la posibilidad de padecer Covid-19 y tampoco aumenta el riesgo de muerte en caso de contraer el virus, quienes padecen Alzheimer suelen superar la línea de los 65 años, por lo que resulta sumamente necesario que intensifiquen la higiene diaria para minimizar el riesgo de contagio, algo que requiere la ayuda del cuidador, dado que los pacientes pueden olvidar sus tareas de higienización.
«Siempre se supone que un paciente con Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia está al cuidado de un cuidador, generalmente son muy pocos los pacientes que viven solos», señaló Dimas Ruiz, y a pesar de que mencionó que «quien supervisa la higiene del paciente es el cuidador», contó que apelan al uso de carteles indicadores, para que, por ejemplo, «sugieran en el espejo del baño que deben lavarse las manos por más de 30 segundos».
Por otro lado, la vicepresidenta de Alma destacó la importancia de poner en marcha una serie de estrategias que hagan más llevadera la cuarentena: «Es fundamental que, en la medida de lo posible, la persona mantenga su rutina. Que se respeten las horas de sueño, horarios de las cuatro comidas, de esparcimiento y juego, porque más allá de que no podemos salir de nuestras casas, si podemos crear rutinas de actividad física dentro del hogar, algo que es importante porque los ayuda a estar activos y les genera bienestar a nivel emocional. También es clave mantener la estimulación cognitiva en caso de que se estaba realizando o llevar a cabo tareas que la persona disfrutaba hacer, como tejer, escuchar música, o alguna actividad manual». Para la entrevistada, «en este momento de aislamiento es cuando más hay que apelar a lo creativo».
Al mismo tiempo, María Sol recordó que cualquier adulto mayor debe vacunarse contra la gripe antes del invierno y mantener el esquema secuencial contra el neumococo, de acuerdo al calendario nacional y recomendación médica. También aconsejó pedirle al médico de cabecera un mayor número de recetas de sus medicamentos habituales para reducir las salidas a la farmacia.
Para Dimas Ruiz, es primordial «transmitirle tranquilidad» a la persona con Alzheimer y poder explicarle de manera «sencilla y clara» lo que está pasando en torno a la pandemia, ya que los pacientes notarán los cambios en su rutina al no recibir más visitas y no poder salir de sus casas, entre otras cuestiones. A su vez, sugirió «acotar las informaciones» porque las noticias en los medios de comunicación «a veces no son alentadoras» y no perder la sociabilización en el aislamiento, «utilizando todo lo que tenemos a mano, videollamadas, internet, etc., para seguir estando en contacto con la familia más allá de estar en casa».
Convivir con personas con demencia en este contexto de aislamiento social y obligatorio puede ser más estresante de lo normal, por eso desde Alma recomiendan fomentar la autonomía del paciente y, de ser posible, tomarse un breve descanso diario de la tarea de cuidado.
«Usualmente sugerimos que el cuidador salga de su casa y haga una tarea externa, pero como eso hoy no es posible recomendamos buscar dentro de la vivienda alguna actividad que sea de su agrado y lo ayude a desconectarse de la tarea de cuidado durante al menos una hora», indicó la psicóloga consultada.
María Sol afirmó que en este contexto la situación para el cuidador «es más grave», porque «la carga de estrés que antes se la dividía, por ejemplo, con sus hermanos, ahora al tratar de cortar la circulación de gente dentro de la casa se hace un poco más difícil y la debe absorber, lo que aumenta la angustia y la tensión». Ante este panorama remarcó la importancia de «tomarse los recreos dentro del hogar y conectarse con algo que de bienestar y relaje».