En un nuevo 2 de Abril, CLG dialogó con Claudio Rodríguez, hermano de Hernán, maquinista del submarino, quien contó como unieron sus caminos con los veteranos de guerra: hoy y para siempre
Si las ausencias pudieran medirse serían abismos. La herida de Malvinas aún está abierta. La del ARA San Juan también. Las dos situaciones disruptivas paradigmáticas de la historia de las Fuerzas Armadas cargan con el dolor de las pérdidas, pero también de tres grandes lesiones posguerra: el maltrato, la indiferencia y la impunidad. Y es ahí donde los familiares de ambas tragedias unen sus caminos en el reclamo de justicia para sus víctimas.
Por la cuarentena obligatoria por primera vez en muchos años no habrá este 2 de abril actos ni vigilias para conmemorar el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Pero, en contraposición, los ex combatientes y sus seres queridos tendrán el acompañamiento de los familiares de los 44 tripulantes fallecidos en el hundimiento del submarino. Hoy y para siempre.
“Este 2 de abril nos une profundamente. Es que a los chicos que estuvieron en Malvinas tratando de cuidar la soberanía y no regresaron, y a nosotros nos pasó algo similar con los que perdimos en el ARA San Juan. Ellos también estaban cuidando nuestros recursos y riquezas, realmente son fechas puntuales que nos traen recuerdos muy sentidos”, expresó en diálogo con CLG Claudio Rodríguez, hermano de Hernán, maquinista del submarino.
“Siempre estuvimos en contacto con los veteranos y ahora mucho más. En el último tiempo comenzamos a profundizar nuestros lazos. Noté que nos sumaron a la familia de ellos luego de lo que pasó con el ARA San Juan”, agregó el docente oriundo de General Alvear, Mendoza, quien relató con emoción que uno de los hijos de un ex combatiente le regaló una maqueta del submarino. “La inauguraron junto con el intendente en el pueblo y es algo que nos llena de orgullo”, indicó Rodríguez.
“Para nosotros todo lo referido a la Patria y Malvinas es muy sentido. Durante los 25 años que Hernán estuvo en la Armada los íbamos a despedir cuando partía a la Antártida o pasábamos fiestas en el submarino. Tenemos una formación patriótica en la familia, y en lo personal me tocó vivir la guerra con 12 años, y lo que pasó con mi hermano profundizó todo ese sentimiento, que se refleja en ganas de ayudar y ser solidarios”, relató.
La verdad permanece en la oscuridad
24 de octubre de 2017. Hernán Ramón Rodríguez levanta el teléfono y llama a su hermano Claudio Rodríguez. Al otro día, el jefe de máquinas del ARA San Juan debía subirse a la flota en la Base Naval de Mar del Plata para emprender una nueva misión. “Estoy preocupado porque el buque está fallando. El fierro no está para aguantar 45 días de navegación”, se sinceró Hernán. “Hermano, bajate, pedí licencia o renunciá”, le respondió Claudio. Pero el maquinista se subió. Y no volvió.
La verdad sobre el brutal hundimiento del ARA San Juan todavía permanece en la oscuridad de los 907 metros de profundidad. Las imputaciones que la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, a cargo del juicio por el hundimiento del submarino, formuló a distintos cuadros de la Armada, en enero pasado, carece de los más elementales peritajes técnicos y sin haber arribado a las causas concretas que expliquen el naufragio, básicas para eventualmente establecer supuestas responsabilidades.
“Que ahora le den de un mes a cinco años de cárcel a algunos tipos de la Armada eximiendo a jefes superiores y autoridades políticas es el peor abandono que puede haber, es lavarse las manos, y como familiares no estamos dispuestos a resignar eso”, explicó Claudio. Y añadió: “Primero los mandan a la muerte y después los abandonan”.
“Los mandan a hacer una misión imposible para ellos, que no estaba dentro de las características. Algún día se revelará en la Justicia. Están los papeles de las 33 fallas en el submarino, por eso decimos que le corresponde al jefe de la Armada y a Aguad (ex ministro de Defensa), quienes los mandan mar adentro sin elementos necesarios y en un buque que no estaba en condiciones”, cerró.