El gobierno que encabeza el primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó aumentar las medidas de precaución, entre ellas aislar un barrio ultraortodoxo
El gobierno de Israel aumentó este miércoles las medidas de restricciones de movimiento, obligó a todos a usar barbijos en público y aisló un barrio ultraortodoxo al este de Tel Aviv para intentar frenar la transmisión del coronavirus, además de aprobar ayuda financiera de cara a la celebración judía de Pesaj.
El mismo día que el gobierno anuncio que los casos superaron los 6.000 -con casi 100 pacientes en estado crítico- y los muertos son 26, el primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó aumentar las medidas de precaución: prohibió las reuniones, incluso para rezar, limitó las salidas a la calle de cada hogar a dos personas por vez y obligó a que siempre lo hagan con barbijo, informó el diario local Haaretz.
Además, aisló por completo al barrio ultraortodoxo de Bnei Barak, al este de Tel Aviv, y anunció que todos los enfermos y los sospechosos de estar infectados serán evacuados.
El premier anunció un paquete de ayuda económica de cara a Pesaj. Cada familia recibirá un ingreso extra de 139 dólares por niño, con un máximo de cuatro hijos, o por adulto mayor a cargo.
En paralelo, horas antes, una vocera del Ministerio de Defensa había anunciado que el gobierno comenzó a utilizar una fábrica de misiles para producir respiradores, un equipo médico fundamental en esta pandemia del coronavirus.
El país «debe desarrollar capacidades independientes en todo lo relacionado con la pandemia de la Covid-19», según declaró el titular de esta cartera, Naftali Benet, quien aseguró que en Israel, en la actual situación de emergencia, no puede depender del abastecimiento del extranjero, informó la agencia de noticias EFE.
Además, Israel firmó hoy un acuerdo con una empresa local para obtener unos 35 millones de mascarillas y cientos de miles de trajes de protección para su personal médico, que se producirán en una fábrica de la ciudad israelí de Sderot, colindante con la Franja de Gaza.
A mediados de marzo, el Ejecutivo ordenó el cierre de bares, restaurantes y lugares de ocio, colegios y limitado los encuentros a una concentración máxima de 10 personas, además de prohibir la entrada de turistas o extranjeros que no tengan una residencia en el país en la que pasar una cuarentena de 14 días a su llegada, como tienen que hacer también los israelíes que regresen al país.
Luego impuso un confinamiento temporal que paró casi por completo la economía del país y dejó a más de 840.000 personas sin empleo el mes de marzo.
Para hacer frente a esto, el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció un plan de rescate de unos 20.500 millones de euros, el 6% del PIB.