La industria naval podría generar 2.800 puestos de trabajo directos, alcanzar una facturación de U$S 400 millones al año y construir buques que cuenten únicamente con el 30% de su equipamiento importado si la Argentina se lo propusiera, según afirmaron expertos del sector.
Especialistas de la industria se reunieron en la Facultad Regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y llegaron a esas conclusiones durante la conferencia titulada, «Astilleros Alianza, un modelo eficiente de gestión privada», se informó a la prensa.
«La industria naval argentina se encuentra en un nivel de subdesarrollo», aseguró Sergio Rodríguez Zubieta, autor de un libro sobre el que se basó el encuentro de expertos en la UTN, al que asistieron más de de 200 profesionales del mercado de la ingeniería naval y jóvenes estudiantes.
El ingeniero Rodríguez Zubieta señaló que en el país funcionan 17 armadores privados que emplean a unos 800 operarios y «tres astilleros del Estado con cerca de 4.000 personas, pero todas sin trabajo».
«¿Las causas? Los más pequeños, por falta de financiamiento a los armadores y, los más grandes, por serios problemas de organización», consideró durante el debate el autor del libro «Astilleros Alianza. Cuando la Argentina exportó grandes buques al mundo».
En la conferencia de la que tomó parte Rodríguez Zubieta junto a dos colegas especialistas se llegó a la conclusión de que la industria naval podría generar 2.800 puestos de trabajo directos, una facturación anual de U$S 400 millones y construir buques con el 70% de su equipamiento de origen nacional si la Argentina se lo propusiera.
Adversas condiciones laborales y salariales en el sector llevaron días atrás a la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval (FeMPINRA) a realizar un paro de actividades en todos los puertos del país días atrás, según argumentaron autoridades sindicales.
Rodríguez Zubieta, que expuso durante la conferencia acompañado por sus colegas ingenieros Jorge Pereda y Víctor Vallabio, propuso concentrarse en dos puntos relevantes de la problemática, uno vinculado con un necesario «trato igualitario» con respecto a firmas de origen extranjero y otro, con líneas de financiamiento que garantice el Estado.
En este sentido, resaltó la importancia de que los armadores nacionales tengan una bandera de conveniencia nacional que les permita tener un trato igualitario con los extranjeros, pero motivando a que esos astilleros renueven su flota y la actualicen para evitar la importación de buques usados viejos, sin pagar impuestos.
Asimismo, destacó la necesidad de implementar un mecanismo de garantías del Estado que permita que los armadores nacionales o extranjeros puedan financiar sus construcciones en astilleros de origen argentino.
Rodríguez Zubieta insistió en que se debe «reforzar el concepto de segunda bandera y permitir que los buques con matrícula en el puerto de Ushuaia naveguen libremente por los ríos y el Mar Argentino con los beneficios fiscales del puerto de Ushuaia».
«Si bien ya se usó en el pasado, habría que agudizar el ingenio para volver a rescatar este concepto», remarcó finalmente.