Lorenzo De Vedia y Carlos Olivero, ambos curas que trabajan en barrios populares, explicaron que se están acondicionando las parroquias para que “no colapse el sistema de salud”
Los curas villeros Lorenzo ‘Toto’ De Vedia y Carlos Olivero, que ayer se reunieron en Olivos con el presidente Alberto Fernández, explicaron hoy que se están acondicionando las parroquias «para que no colapse el sistema de salud», afirmaron que en los barrios pobres «el ánìmo es sereno y responsable», pero que «se triplicó la cantidad de gente en los comedores».
«Estamos buscando espacios de aislamiento para aquellos que no puedan hacerlo», dijo hoy el párroco de la Iglesia de Caacupé, en la Villa 21-24 de Barracas, en declaraciones a El Destape Radio, en las que agregó: «Por ahí, a quien pasa frío o una gripe, no le van a poder prestar atención en el sistema de salud», debido a la posible multiplicación de casos por coronavirus.
«Lo importante es tener en cuenta a los más pobres, la gente de los barrios populares: No sé si los medios lo reflejan, porque se habla mucho de los que están en Europa, pero hay que tomar consciencia de que a los pobres esto también les pega», sostuvo el cura villero.
«Nos ponemos a disposición para acompañar estas medidas que están bien tomadas, para que en las villas se queden en las casas», aseveró De Vedia y agregó que, también, acompañarán «todos los problemas que vienen a raíz de eso», al hacer referencia a las dificultades económicas de quien hace changas.
De Vedia explicó que «el ánimo en los barrios es sereno pero responsable: antes (al coronavirus) se lo veía como algo más lejano, pero, después, se empezó a tomar consciencia de que puede llegar a los más pobres, y, por eso, se está haciendo todo el esfuerzo para cumplir con la cuarentena».
Finalmente, el sacerdote dijo que «todo lo que sea acercar alimentos y elementos de higiene viene bien porque esto va a dar para largo, más allá de la pandemia, por las consecuencias sociales que trae», y agregó: «el Presidente es consciente, prioriza la vida antes que la economía».
Posteriormente, en diálogo con Futurock, «Charly» Olivero, otro de los curas villeros que estuvo ayer en Olivos, alertó que «se triplica la cantidad de gente en los comedores», y aunque intentan que «no vengan a comer sino que venga con el tuper y manejen distancias para buscar, es impresionante la cantidad de gente buscando alimentos».
Además, explicó que le plantearon al Presidente la idea de «hacer unas casas para la contención y aislamiento de personas con fiebre que no tienen factores de riesgo».
«Ayer fuimos a ponernos a disposición, nosotros y nuestras parroquias, por la preocupación que tenemos respecto de las dificultades que significa hacer el aislamiento en cuarentena en nuestros barrios», explicó Olivero.
Allí -según relató- «muchas veces el problema es el espacio» porque «viven muchas personas en un cuarto chiquitito: es muy difícil contener a los nenes dentro de un cuartito, y la vida naturalmente se da en la calle porque los espacios están reducidos, la gente labura de changas, cartonea, y poder comer todos los días depende de cómo se movieron ese día».
«Hay un montón de cosas que son muy difíciles, como pensar en jabón o lavandina», sostuvo el cura de la parroquia de Caacupé, de la Villa 21-24, y aseveró: «evidentemente las normas de la cuarentena exigen una aplicación particular para estos barrios populares».