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Mitos y verdades sobre los batidos de proteínas


Algunos consejos respecto a en qué situaciones se recomienda la utilización de estos productos y cuáles son los más aconsejables

En los últimos años, los batidos de proteínas se han convertido en una alternativa que se ha implementado con frecuencia por ser una opción eficiente, rápida y sencilla. Ahora bien, las ingestas muy altas podrían causar daño renal a medio y largo plazo, por lo tanto es necesario tener en cuenta algunas cuestiones para que el consumo sea adecuado.

Tipos de batidos de proteínas

Tenemos dos clases fundamentales: las de origen animal y las de origen vegetal. Salvo en el caso de los veganos, la mejor opción suele ser la proteína procedente del suero de la leche. Es completa en aminoácidos esenciales y su digestibilidad es elevada. Su relación calidad precio es excelente.

No obstante, hay que tener cuidado con la marca del producto, pues no todas ofrecen una proteína de la misma pureza o calidad. Es indispensable elegir marcas certificadas que aseguren el porcentaje proteico del producto.

Además, hay que fijarse en el etiquetado para observar si nos encontramos frente a un aislado proteico o frente a un producto que también contiene carbohidratos en su composición.

Dentro de las proteínas vegetales las más comunes suelen ser las de soja o de guisante. El perfil de aminoácidos de este tipo de proteínas es bastante correcto, a pesar de ser carentes en al menos un aminoácido esencial.

Los batidos de proteínas suelen ser para deportistas

La principal función de este tipo de productos es ergogénica, es decir, que están destinados a mejorar el rendimiento deportivo y la recuperación. La literatura científica asegura el incremento de la necesidad proteica en atletas, por lo que el suplemento con un batido puede ser indispensable para llegar a cantidad recomendada en casos de hipertrofia.

Sin embargo, no resultan necesarios para una persona sedentaria, a no ser que el aporte proteico de su dieta sea deficiente o presente unas necesidades especiales. Pueden suponer una forma cómoda de transportar una proteína de calidad para aquellas personas que comen fuera de casa o que no tienen ocasión de satisfacer las necesidades de este macronutriente.

De todos modos, se recomienda plantear una dieta equilibrada antes de recurrir a este tipo de suplementos destinados fundamentalmente para deportistas. En el caso de decidir utilizar este tipo de productos, es importante seguir el consejo de un médico o un nutricionista y no dejarse llevar por el saber popular o voces inexpertas.

Peligros de su consumo

La sobreingesta proteica podría causar daño renal a medio o largo plazo, según los artículos publicados en la literatura científica. A pesar de todo, esta afirmación se encuentra actualmente en entredicho debido a resultados de estudios contradictorios.

Lo que sabemos a ciencia cierta es que una ingesta superior a 1,8 g de proteína/kg de peso corporal no mejora la recuperación ni aumenta la hipertrofia.

Además, es interesante variar la procedencia de la proteína. Al menos el 50 % debería de ser de origen animal, mientras que la otra mitad restante procedería del reino vegetal. Así, nos aseguramos el aporte de los aminoácidos esenciales, que no pueden sintetizarse de manera endógena.

Otro inconveniente del consumo de preparados proteicos es su posible contaminación. Se han dado casos, sobre todo en productos orientados para la ganancia de masa, de contaminaciones con sustancias anabólicas dopantes.

Por este motivo, es necesario utilizar siempre marcas de confianza, y solo de productos que garanticen la ausencia de agentes dopantes cuando se trata de un uso deportivo.

A pesar de todo, los aislados de proteínas son productos poco susceptibles a la contaminación, más probable en productos enfocados al aumento de masa muscular.

¡Para tener en cuenta!

Los batidos de proteínas pueden suponer una manera eficaz de completar la ingesta proteica. A pesar de estar desarrollados principalmente para atletas, una persona normal puede beneficiarse de sus propiedades.

Resultan cómodos para transportar una buena porción de este nutriente y, de este modo, completar una ingesta. Es necesario fijarse en la marca y en la etiqueta del producto para garantizarnos que estamos adquiriendo una proteína de calidad acorde con nuestras necesidades.

La recomendación, salvo en casos de personas veganas, es el consumo de proteína de suero de leche. Este producto ofrece una buena digestibilidad y un perfil de aminoácidos muy correcto. Además, su relación calidad precio es buena.

Fuente: mejorconsalud.com