Espectáculos

Pablo Montenegro: «Soy un agradecido de estar trabajando de lo que me gusta»


Es uno de los hombres que despierta a los rosarinos cada mañana en "Antes de salir". CLG dialogó con el periodista acerca de su carrera en los medios

Por Mario Luzuriaga

Pablo Montenegro es uno de los periodistas que informa a los rosarinos todas las mañanas de todo lo que pasa «Antes de salir» de sus casas. Desde su Berabevú natal, hizo sus primeros pasos junto a su padre. Luego llegó a Rosario para perfeccionarse y así empezar su carrera cubriendo la campaña de Newell’s. Pero la profesión le presentó un gran desafío, salir de su especialidad para poder estar al frente de programas de interés general, tanto en radio como en televisión.

En esta entrevista Montenegro cuenta su historia y la comparte Con la Gente:

— ¿Cómo fue que te interesó la profesión de periodista?

— Yo empecé de muy chico en mi pueblo, Berabevú, y vengo de una tradición de periodistas porque mi abuelo era el locutor del pueblo y mi papá tenía un programa que se llamaba «Las reglas del juego», en una FM de allá. Siempre me gustó mucho el fútbol, mi idea era esa, probé y no quedé y lo que hice fue usar el periodismo como salvavidas y estar en el mundo del fútbol. En su programa de radio hablaba de la liga y yo daba las noticias de las inferiores y me fui metiendo lentamente. Así estuve asistiendo el programa, un día faltó el operador y, por haber aprendido, hice la operación técnica y de a poco me fui metiendo en ese mundo que me atrapó.

— ¿Ibas todos los días a la radio junto a tu padre?

— No, el programa iba los martes a la noche para analizar los partidos del fin de semana, eso fue en el ’95. Ya en el ’96 tenía un programa propio de fútbol, otro los sábados a la mañana que se llamaba «Tercera dimensión», junto a un amigo en el que pasábamos música y los sábados a la noche la previa del fútbol. Entré a la radio con mucha pasión.

— ¿Es tu pasión hacer radio?

— Fue la génesis de todo, después debuté en tele también en Berabevú, porque mi viejo tenía un programa de televisión en el ’97 y daba la información deportiva. El amor por los medios fue muy fuerte.

— Al hacer periodismo deportivo, ¿en algún momento pensaste que ibas a conducir programas de interés general?

— No, para nada. A lo general me dediqué cuando llegué a Rosario. En el 2000 entré a estudiar periodismo deportivo y empecé a trabajar en FM La Red, cubriendo equipos. Conocí a muchos amigos que ahora son colegas. Entré a Radio 2 en 2002, convocado por Jesús Emiliano, para cubrir Newell’s. Después cubrí las prácticas de Central para «La tira deportiva» de la radio y me empezaron a convocar para hacer reemplazos en el programa de Suriani, de Novaresio y del Turco Lotuf, cuando estaba a la tarde. De ahí empecé a meterme en la programación de la radio, siempre desde lo deportivo. Lo que era «extra deportivo» lo empecé en 2011, cuando Lidia Sanfilipo me invitó para hacer un programa sobre las incipientes redes sociales, que se llamaba «2.0 TV». Me tocó conducir y fue la primera vez que empecé a enfilar para la conducción general.

— Antes de pasar a la conducción general, ¿qué recuerdos atesorás mientras ejercías el periodismo deportivo?

— Son dos episodios que marcaron mi vida para siempre. Fueron los dos Mundiales que cubrí para Radio 2, con dos colegas que son mis amigos de la vida. Estuvimos 40 días en Alemania en 2006 y 40 días en Sudáfrica en 2010. Al haber estado tan de cerca y haberlo visto en casa, ver cómo trabaja la selección y los grandes medios, fue una gran experiencia. Nunca había pisado un avión y pude conocer muchas ciudades del mundo. Fuimos con pocos recursos y además éramos jóvenes y dormíamos en el auto, no nos importaba nada. Fueron mis grandes momentos de mi carrera como periodista deportivo.

— Volviendo a la conducción, cuando hiciste «2.0 TV» te encontraste un mundo totalmente nuevo…

— En 2011 Roberto Caferra, que era el director de la radio, me ofrece el espacio que tengo que es «Domingos para armar», que había quedado libre luego de la ida de Julio Orselli y el Negro Álvarez. Quedaron esas dos horas y me ofrecieron para hacer este programa de interés general. Ahí fue cuando dejé de estar en espacios deportivos y fue un desafío que me encanta.

— ¿Cómo te sentís haciendo estos programas?

— Me gusta mucho. No tengo un rol de opinólogo, aunque tenga mi postura, pero me toca conducir espacios y es lo que más me gusta hacer. Me siento bien marcando los tonos, llevando los espacios, entreteniendo y estoy contento porque lo puedo hacer.

— ¿Te sorprenden un montón de cosas que vas descubriendo en este rol más general?

— Se van planteando nuevos desafíos y por suerte las herramientas que fui tomando desde chico, equivocándome al aire, encontrándome con cosas imprevistas, lo han hecho a uno ir transformándose en un profesional a medida que pasa el tiempo. Nos ha pasado en «Antes de salir» un imprevisto en el móvil y lo pudimos sortear. Lo que sí no pierdo es la capacidad de asombro, me gusta mucho aprender y ver a los tipos que la hacen bien.

— ¿Te planteaste alguna vez que, junto a tus compañeros de «Antes de salir», son pilares importante para los rosarinos?

— Me lo empecé a plantear cuando mucha gente nos decía que volvamos con el programa cuando estábamos en verano, o me sorprendió hace poco una chica en un mensaje, que nos decía que la acompañamos durante todo el secundario y ahora lo hacen en la universidad. Y ahí digo: «La pucha», hace tiempo que estamos y sabemos que es un espacio muy íntimo también. Nosotros estamos ahí cuando la casa está en silencio, al levantarse, mientras se desayuna o prepara a los chicos para ir al colegio. Es importantísimo que aparezca una cara que te transmita tranquilidad, que te informe y que te reciba en el nuevo día. Por eso con Juan Pedro Aleart, Agostina Cialdella, Juan Junco y todo el equipo damos lo mejor y tiramos la mejor vibra positiva. Es una química que creció desde el principio. Pablo Franza, el actual gerente artístico, nos convocó y estableció estas pautas, haciendo foco en cosas positivas.

— ¿Cómo te llevas con la gente cuando caminas por la calle?

— Me gusta muchísimo que me digan que siguen el programa, soy un poco tímido y a lo mejor piensan que soy antipático, pero no es así. La gente me mira y me clava la vista, pero espero que me saluden. Está buenísimo porque llegamos a ellos. Me encanta sacarme fotos y que nos digan que nos ven, es lo más lindo de la profesión.

— ¿Cómo te ves en el futuro y el arranque de esta nueva década?

— Desde lo personal me veo trabajando de lo que me gusta, soy un agradecido de la vida de estar en una ciudad como Rosario trabajando de esto, hay mucha gente que no lo puede hacer y por eso lo valoro muchísimo. Soy un trabajador de los medios, no me creo una super figura, por eso le pongo mucha responsabilidad a mi trabajo, que demanda mucho. En cuanto a la circunstancia del 2020, el coronavirus se suma a las cuestiones económicas que le vienen pegando al país desde hace rato, pero con fe de que la cosa pueda cambiar.