La Justicia rosarina castigó a Miguel Ángel Sosa como culpable del crimen de Daniel Javier Santana, cometido en un departamento céntrico en abril de 2017
Un hombre fue condenado a 30 años de prisión por asesinar a un psicólogo, a quien le aplicó más de 20 puñaladas para luego prender fuego el departamento en el que habían pactado mantener un encuentro íntimo, en abril de 2017, en Rosario, informaron este martes fuentes judiciales.
La condena fue dictada por el tribunal integrado por los jueces Gonzalo López Quintana, Hebe Marcogliese y José Luis Suárez, quienes hallaron a Miguel Ángel Sosa (43) culpable del crimen del psicólogo Daniel Javier Santana (47), cometido en el departamento del último, en el centro de Rosario, consignaron los voceros.
El tribunal halló penalmente responsable a Sosa del delito de «homicidio agravado por alevosía y por haber sido cometido con un medio idóneo para crear un peligro común e incendio agravado en concurso real».
Según lo ventilado en el juicio oral por el fiscal de la causa, Miguel Moreno, el 6 de abril de 2017, entre las 18.15 y las 19, Sosa ingresó al departamento del psicólogo, ubicado en el primer piso del edificio situado en Mariano Moreno 365, donde la víctima vivía y atendía a sus pacientes.
Una vez allí, según la pesquisa, Sosa atacó a Santana de más de 20 puñaladas, tras lo cual originó un incendio que se propagó a otras dependencias del departamento, lo que causó la muerte de la víctima.
Es que según la autopsia, el psicólogo estaba aún con vida al momento del incendio y además de las lesiones punzantes presentaba heridas de características sexuales, golpes en el rostro y signos de defensa.
Es su acusación, el fiscal explicó que tras atacar al psicólogo el acusado envolvió el cuerpo con una manta e incendió el lugar para ocultar pruebas.
Sosa fue detenido meses después del hecho, en diciembre de 2017, en su casa de la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez, donde además fueron secuestradas pruebas que fueron presentadas en el juicio oral.
Los elementos clave para lograr la condena fueron las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad de la zona y el análisis de los celulares de la víctima y del atacante.