El impacto del estrés en la apariencia física parece evidente. Tras varios estudios, un grupo de científicos de Harvard llegó a una conclusión.
Muchas historias aseguraban que el estrés producía canas, pero hasta el momento no había ningún fundamento en la ciencia. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard comprobó que esta afirmación es una realidad.
Los científicos de la universidad estadounidense, dirigidos por la doctora Ya-Chieh Hsu, publicaron una investigación en la revista Nature en la cual señalan que, después de varias pruebas y estudios, se llegó a la conclusión de que el estrés produce canas.
Lo más interesante es que el equipo de neurólogos no solo corroboró la influencia directa que tiene el estrés en el encanecimiento, sino que además pudo identificar los mecanismos que generan este efecto. Se trata entonces de un gran avance.
El estrés es un mal mundial y en las últimas décadas se realizaron numerosos estudios en torno a ese fenómeno. Se lo ha vinculado con diversos malestares y enfermedades. El impacto en la apariencia física parecía evidente, pero este estudio en cuestión va un poco más allá, conectando los puntos.
Un experimento revelador
Para llegar a estas conclusiones, los científicos de Harvard hicieron primero un experimento con ratones. Buscaban las posibles influencias de ese factor en la aparición de canas, y también examinaban los diversos cambios fisiológicos originados en los estados de ansiedad.
Los investigadores comenzaron induciendo un estado de estrés en los ratones. Para ello les inyectaron un compuesto llamado resiniferatoxina. Dicha sustancia estimula la producción de cortisol, conocida como la hormona del estrés.
Los expertos partieron de la hipótesis de que el estrés causaba un ataque inmunológico al organismo de los animales, y que esto terminaba afectando a las células productoras de pigmentos. Creyeron que así operaba el mecanismo. Sin embargo, se llevaron una gran sorpresa, porque algunos ratones ya no poseían células inmunes, pero seguían encaneciendo.
Ante esta situación, los científicos decidieron quitarle las glándulas suprarrenales a algunos de los ratones, para que no tuvieran la capacidad de producir cortisol. Luego los sometieron a situaciones estresantes y sucedió lo inesperado: siguieron apareciendo canas.
¿Por qué se produce este efecto?
El grupo de neurólogos comenzó a descartar opciones, y finalmente se enfocó en el sistema nervioso simpático. Este es el encargado de regular la respuesta de lucha o huida en el organismo. Los nervios que componen dicho sistema se ramifican y están presentes en cada folículo piloso de la piel.
Después de varias pesquisas, los científicos encontraron que ante situaciones de estrés, estos nervios liberan una sustancia química llamada norepinefrina. Luego, esta sustancia es absorbida por las células madre que regeneran los pigmentos del cabello y que se encuentran cerca de esos nervios.
La norepinefrina genera una activación excesiva de esas células. Lo que sucede enseguida es que las mismas producen más pigmento del necesario y agotan sus reservas. Cuando esto ocurre, tales células ya no se pueden regenerar, es decir que se acaba la reserva de pigmento y comienzan a aparecer cabellos sin este, o sea, cabellos blancos.
Lo que se puede esperar
Los científicos señalaron que esta situación es irreversible, es decir que una vez perdidas esas células madre, ya no hay vuelta atrás: el efecto es permanente. La investigación develó que el estrés produce canas y precisó cómo lo hace, pero aún se desconoce el por qué todo ocurre de esta manera.
Sin embargo, se trata de un gran avance, que ya ha dado lugar a que se planteen nuevos proyectos de investigación sobre el efecto del estrés en diversos tejidos del organismo. La investigación ayuda a despejar el camino para comprender a fondo el estrés y sus efectos.
Todo ello es un paso adelante para que en un futuro se desarrollen métodos que permitan revertir los efectos del estrés. Por lo pronto, la directora de la investigación ha recomendado tomarse la vida con un poco más de calma. Está visto que preocuparse en exceso solo trae efectos negativos.
Fuente: MejorConSalud / Leonardo Biolatto, Médico graduado en la UNC