Un estudio reciente afirma que higienizarse en los aeropuertos impacta favorablemente en el efecto de mitigar la propagación del coronavirus
Un estudio reciente afirma que higienizarse en los aeropuertos impacta favorablemente en el efecto de mitigar la propagación del coronavirus
Los autores de una investigación realizada en Estados Unidos justo antes del brote de coronavirus destacan la eficiencia del lavado constante de manos y afirman que sus resultados son aplicables a cualquier enfermedad y son relevantes para la epidemia actual del Covid 19.
Mejorar las tasas de lavado de manos de los viajeros que pasan por solo 10 de los principales aeropuertos del mundo podría reducir significativamente la propagación de muchas enfermedades infecciosas, incluidas las provocadas por virus. Y cuanto mayor sea la mejora en los hábitos de lavado de manos de las personas en los aeropuertos, mayor será el efecto en mitigar la propagación de la enfermedad. Estas son las conclusiones a las que se ha llegado en una nueva investigación, realizada por el equipo internacional de Christos Nicolaides y Ruben Juanes, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
El estudio se basa en modelos epidemiológicos y simulaciones basadas en datos.
La gente puede ser sorprendentemente informal acerca de la conveniencia de lavarse las manos, incluso en lugares abarrotados como aeropuertos donde personas de muchos lugares diferentes tocan superficies como reposabrazos de sillas, mostradores de facturación, bandejas de control de seguridad y pomos y grifos de los lavabos. Basándose en datos recopilados en estudios previos, el equipo estima que, en promedio, solo alrededor del 20 por ciento de las personas en los aeropuertos tienen las manos limpias, lo que significa que se han lavado con agua y jabón, durante al menos 15 segundos, en la última hora más o menos. El otro 80 por ciento está potencialmente contaminando todo lo que toca con los gérmenes que pueda estar transportando.
Los datos manejados por el equipo de Nicolaides indican que el 70 por ciento de las personas que van al cuarto de baño se lavan las manos después, mientras que el otro 30 por ciento no lo hace. Y de quienes lo hacen, solo el 50 por ciento lo hace bien. Otros simplemente se enjuagan brevemente con un poco de agua, en lugar de usar agua y jabón y realizar el lavado recomendado de 15 a 20 segundos. Estos porcentajes, combinados con las estimaciones de exposición a las muchas superficies potencialmente contaminadas con las que la gente entra en contacto en un aeropuerto, lleva a la estimación del equipo de que solo alrededor del 20 por ciento de los viajeros en un aeropuerto tienen las manos limpias.
Medida indispensable para controlar la transmisión de enfermedades
Mejorar el lavado de manos en todos los aeropuertos del mundo para triplicar ese porcentaje, de modo que el 60 por ciento de los viajeros tengan las manos limpias en un momento dado, sería la medida que mejor resultado daría, ya que podría retrasar la propagación global de una enfermedad en casi un 70 por ciento, según han calculado los autores del estudio. Implementar esta medida en tantos aeropuertos y alcanzar un nivel de cumplimiento tan alto puede resultar muy difícil de lograr, pero el nuevo estudio sugiere que todavía se podría lograr una reducción significativa en la propagación de enfermedades simplemente eligiendo los 10 aeropuertos más importantes en función de la ubicación inicial de un brote viral. Si los esfuerzos para que la gente se lave más las manos se concentran en esos 10 aeropuertos, se podría reducir la propagación de la enfermedad hasta en un 37 por ciento, según estiman los investigadores.
Por otra parte, los investigadores identificaron 120 aeropuertos que son los más influyentes en la propagación de enfermedades y descubrieron que estos no son necesariamente los que tienen más tráfico general. Por ejemplo, argumentan que los aeropuertos de Tokio y Honolulu tienen, debido a su ubicación, una influencia muchísimo mayor de lo que podría parecer. Si bien respectivamente ocupan el puesto 46 y el 117 en términos de tráfico general, pueden contribuir significativamente a la propagación de la enfermedad porque tienen conexiones directas con algunos de los enclaves aeroportuarios más grandes del mundo, tienen vuelos internacionales directos de largo alcance y están ubicados justo entre el este y el oeste globales.
Para cualquier brote de enfermedad dado, identificar los 10 aeropuertos de esta lista que están más cerca de la ubicación del brote y concentrar en ellos la labor de concienciar al público sobre el lavado de manos resulta ser la forma más efectiva (por su relación esfuerzo / resultado) para limitar la propagación de la enfermedad, según las conclusiones del nuevo estudio.
En la investigación también han trabajado Demetris Avraam (Universidad de Chipre), Luis Cueto-Felgueroso (Universidad Politécnica de Madrid en España) y Marta Gonzalez (Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos).
Fuente: NCYT Amazings