Su nieto, que se había formado en el Tatengue, falleció en 2015 en un accidente automovilístico. "Siento que Diego nos ilumina", dijo tras las histórica clasificación
Su nieto, que se había formado en el Tatengue, falleció en 2015 en un accidente automovilístico. «Siento que Diego nos ilumina», dijo tras las histórica clasificación
Unión clasificó por primera vez ayer a la segunda fase de la Copa Sudamericana después de superar en el global a Atlético Mineiro. El estadio Arena Independencia de Belo Horizonte, en Brasil, contó con la presencia de muchos hinchas Tatengues, entre ellos uno muy especial: Ángel Barisone, abuelo de Diego, futbolista que perdió la vida en un accidente automovilístico en 2015.
Entre el fervor de los hinchas después de acceder a la próxima fase a pesar de caer por 2 a 0 (en la ida Unión se había impuesto por 3 a 0) asomaba un hombre canoso, tocándose el pecho, con un gran reloj blanco en su muñeca izquierda y una camiseta especial del club santafesino con los 25 años de la Escuelita de fútbol amateur.
Ese señor era Ángel Barisone, abuelo de Diego, de quien precisamente la Escuelita de fútbol de la entidad lleva su nombre después de que perdió la vida en un accidente de tránsito en la autopista Rosario-Santa Fe en julio de 2015, cuando jugaba en Lanús.
A sus 85 años, el fanático viajó 2.500 kilómetros en auto para alentar a su equipo. La imagen quedó inmortalizada y rápidamente se volvió furor en las redes sociales.
Una imagen vale más que mil palabras pic.twitter.com/1UIAwsljRD
— Juanjo Tuljak (@juanjosetuljak) February 21, 2020
En declaraciones a Aire de Santa Fe, Ángel dijo que tenían fe de clasificar, «por eso llegamos a esta instancia», y contó que «desde que iba a tercer grado sigo a Unión».
«Lo que vivimos ayer fue muy emocionante. Terminó el partido y llorabamos de la alegría. Con la primera persona que me abracé fue con mi hijo más chico Julian. Pero fue muy emocionante para todos», expresó el abuelo.
Por último, dio detalles de su camiseta y recordó a su nieto: «Es la última camiseta que largó la escuela de Fútbol de Diego Barisone. Y la traje para tenerla conmigo. Me regalaron una y compré dos para mis hijos. Siento que es Diego que nos ilumina».