Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil fueron los focos en el sur de América del plan de inteligencia estadounidense
Los regímenes de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil fueron los focos en el sur de América del plan de inteligencia estadounidense. La BBC reveló cómo se desarrolló el plan
El operativo de inteligencia que se aplicó sobre América del Sur en los años 70 y 80, conocido como plan Cóndor, quedó expuesto por el diario The Washington Post y la cadena de TV alemana BDZ. El espionaje que llevó adelante el gobierno de los Estados Unidos y Alemania se desarrolló en casi 100 países y se utilizó un dispositivo de encriptación que se producía en la empresa suiza Crypto AG.
Sin embargo, gracias a los archivos de la Universidad George Washington, también se conoció que los regímenes militares que controlaron varios países de Sudamérica en las décadas de 1970 y 1980, y que orquestaron la llamada Operación Cóndor, utilizaban las máquinas de Crypto AG para comunicarse entre ellos.
La Operación Cóndor fue un plan de inteligencia coordinada entre los gobiernos de facto que se instauraron en países del Cono Sur – principalmente Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil- a finales de la década de los 70.
Tenía como objetivo la represión de los miembros de grupos opositores, conllevando la vigilancia, tortura y traslado entre países de miles de personas, muchas de las cuales fueron víctimas de desapariciones forzadas.
A la red de comunicaciones que estuvo detrás esta coordinación regional entre los regímenes militares se la conoció como «Condortel».
«Aunque en el papel comenzó en 1975, la red comenzó a ser utilizada en 1976 para rastrear a las personas que habían buscado refugio en Buenos Aires, que para ese entonces era el último rincón democrático en el Cono Sur hasta el golpe de ese año», le dijo a la BBC Mundo, Carlos Osorio, coordinador del proyecto de documentación del Cono Sur del Archivo de Seguridad Nacional.
¿Cómo fue utilizada esta red en Sudamérica?
Los líderes de los cinco regímenes militares de sudamerica se reunieron en Santiago de Chile con Estados Unidos, en 1975, para firmar el acuerdo que implementaba el sistema de encriptación de las comunicaciones.
Este sistema, según la BBC, iba a estar en 30 días y tenía peligrosidad de vulnerabilidad, pero que en el futuro iban a ser «reemplazados por máquinas crptográficas».
«Esas eran máquinas muy apreciadas en esos años y los militares las tenían para comunicarse y utilizarlas principalmente en el seguimiento de los refugiados que habían huido de los países que estaban bajo estos regímenes», señaló Osorio a la BBC y adelantó que el mismo sistema, luego de ser probado en América se implementó en Europa.
En 1976, la CIA informó que Brasil proporcionó equipamiento para el llamado Condortel y este mismo llegaba desde Suiza, el Crypto AG.
Crypto AG era una empresa fundada en los años 30 por el inventor sueco Boris Hagelin, que en los años 50 fue adquirida secretamente por la CIA y la BND (Bundesnachrichtendienst, la agencia federal de inteligencia del gobierno de Alemania Occidental), informó la BBC.
Esa primera máquina del Condortel, comprada directamente a Hagelin, era una CX52 y su descripción establecía que era «similar en apariencia a una vieja caja registradora que tiene números, manijas deslizantes y un dial operado manualmente a un lado que se gira después de cada entrada».
El sistema funcionaba mediante la codificación de archivos secretos de inteligencia que se compartían para coordinar acciones conjuntas entre países, explicó la BBC.
Osorio, al diario de Inglaterra, también dijo: «Ahora esperamos que la CIA desclasifique estos documentos, para tener certeza de varios hechos. Por ejemplo, queremos saber si la Operación Cóndor es responsable de la muerte de Orlando Letelier».
«Tenemos información de que hay mensajes cifrados entre la Dima (Inteligencia chilena) y los militares paraguayos», añadió.
Además, según la BBC, en un archivo dado a conocer como parte de la investigación, se señala que el sistema tuvo varias actualizaciones. Una de ellas ocurrió en 1977 y fue hecha por el gobierno argentino con la compra de un nuevo dispositivo «para mejorar la seguridad de sus comunicaciones a través del teletipo». Otra tuvo lugar en 1978, cuando se incluyó dentro de la red a las fuerzas armadas de Ecuador.
El papel de EE.UU.
Sin embargo, el protagonismo en la empresa suiza de los Estados Unidos era desconocido por gobiernos y para ellos la relación entre Crypto AG y la CIA no existía, señaló la investigación.
Así, la empresa suiza no solo hacía millones de dólares con la venta de sus dispositivos, sino que obtenían datos cifrados a los que de otra manera les hubiera sido imposible acceder.
Según el revelador informe, EE.UU. señaló en dichos documentos que ellos estaban más «intranquilos» por las muertes fuera de las fronteras de estos países sudamericanos que por lo que ocurría dentro, ante el quiebre en Derechos Humanos que se manifestaba en aquellos años.
«Siempre se sospechó sobre la participación de EE.UU. y el saber, el conocer la situación, es una forma de participación», señaló Osorio y sumó: «Esta es la confirmación de esa sospecha».
«Las revelaciones en estos documentos tal vez nos permitan preguntarnos por qué EE.UU. no intervino cuando se estaban cometiendo estas atrocidades o, al menos, por qué no las expuso ante la opinión pública mundial», señalaron los periodistas Greg Miller y Peter Mueller, del Washington Post.
El diario estadounidense subrayó que los productos de Crypto AG se siguen empleando en más de una decena de países y su logotipo, en color naranja y blanco, todavía se exhibe en lo alto de la sede de la marca en Zug, Suiza, aunque la compañía fue liquidada y desmantelada en 2018 por sus inversores, a través de una empresa de Liechtenstein.
Fuente: BBC