El secretario de Seguridad aseguró que analizan otra posibilidad como la de la Bola Wrap
El secretario de Seguridad aseguró que analizan otra posibilidad como la de la Bola Wrap
Los efectivos policiales sólo pueden acudir al uso de armas letales únicamente en casos extremos, así lo establece el nuevo «Protocolo de uso Racional, Progresivo y Proporcional de la Fuerza» del Ministerio de Seguridad. Este miércoles, además, se confirmó que no utilizarán las pistolas Taser, que dan una descarga eléctrica que inmoviliza a la persona, como alternativa.
«La Taser no la vamos a impulsar porque es un arma muy discutida», aseguró Germán Montenegro, secretario de Seguridad. Además, adelantó que se está investigando otra posibilidad: la Bola Wrap. Es un dispositivo que dispara «una especie de boleadora moderna que ata mecánicamente a las personas y las inmoviliza».
Sobre esa opción, señaló en diálogo con Radio2: «Es otro armamento no letal que produce un daño muy menor pero sirve para inmovilizar». A su vez, señaló que es fundamental «preparar al personal policial en el uso de su propio cuerpo para detener a personas que se resistan».
Según Montenegro, este protocolo busca fijar reglar y ver cómo se adaptan los efectos, para a partir de ahí trabajar en un programa de reentrenamiento. «Vamos a evaluar en forma constante el uso de la fuerza de la policial y en base a eso dar la preparación que se necesita», manifestó.
El secretario aseguró que hace más profesionalización de la policía y que faltan «recursos estructurales y materiales». Por último, aseveró: «La policía tiene que ser eficiente y nosotros como poder político tenemos que darle las herramientas para que sea profesional y eficaz».
El protocolo
- El empleo técnicas y de armas potencialmente letales deberá producirse en caso de peligro grave, inminente y actual para la vida de las personas: personal policial, víctimas o terceros.
- La preservación de la vida y la integridad física de todas las personas es siempre el primer objetivo.
- La integridad de bienes materiales nunca deberá priorizarse por sobre la vida e integridad física.