Franco Goytía (economista), Carla Giménez, Federico Pereyra Bonnet y Lucía Curti (científicos del Conicet) fundaron el proyecto Caspr Biotech
Franco Goytía (economista), Carla Giménez, Federico Pereyra Bonnet y Lucía Curti (científicos del Conicet) fundaron el proyecto Caspr Biotech
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó hoy que el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus Covid-19, que causó 1018 muertos a nivel global, se demorará al menos un año y medio, en tanto que un grupo de científicos argentinos desarrolló el prototipo de un kit para su diagnóstico.
«La primera vacuna puede estar lista en dieciocho meses, así que por ahora debemos prepararnos para usar las armas que tenemos al alcance en la lucha contra este virus», dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una rueda de prensa, informó la agencia EFE.
La OMS decidió usar el nombre Covid-19 para que «pueda pronunciarse y no aluda a una localización geográfica específica, un animal o un grupo de personas», para evitar así estigmatizaciones.
El funcionario de la OMS informó que el Covid-19 causó 42.708 contagiados en China, de los cuales 1.017 fallecieron en ese país y uno en Filipinas, mientras que fuera del gigante asiático se registraron 393 casos en 24 países.
Al referirse a las cifras de muertos y contagiados, Tedros advirtió que el nuevo coronavirus puede tener “consecuencias políticas, sociales y económicas peores que las de cualquier acto terrorista».
“He dicho muchas veces que si este virus llega a un sistema de salud débil creará el caos», explicó, y agregó que «de momento no lo parece, pero puede ocurrir», según informó las Naciones Unidas en su sitio web.
El director general de la OMS aseguró que no cree que «sea tarde» para frenar la epidemia del coronavirus.
El nombre Covid-19 nace de un acrónimo en inglés a partir de la expresión «corona virus disease» (enfermedad de coronavirus), y será un estándar para eventuales brotes de coronavirus en el futuro, indicó Tedros.
La denominación es significativamente diferente a anteriores enfermedades que también causaron alarmas sanitarias internacionales en años pasados, como el SARS (síndrome respiratorio agudo y grave) o el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), este último con alusión al origen geográfico de la enfermedad.
En la sede de la OMS en Ginebra, Suiza, comenzó hoy un encuentro de 300 expertos en virología, epidemiología y otras ramas científicas de todo el mundo para estudiar vías de investigación de la enfermedad, así como posibles tratamientos y vacunas.
La reunión, a puertas cerradas en la que algunos expertos (entre ellos muchos médicos chinos) participan a distancia mediante teleconferencia, busca avanzar en el conocimiento del origen de la nueva enfermedad, sus vías de transmisión, su gravedad y las medidas a tomarse contra ella, informó la OMS.
Tedros agregó que los resultados de la reunión que se lleva a cabo en Suiza no son “respuestas a todas las preguntas, sino una guía de las preguntas que hay que hacer y cómo responderlas».
«Las medidas tomadas por Wuhan y el resto de China están frenando la expansión del virus y debemos aprovechar esto para golpear duro y luchar unidos, de lo contrario habrá más precios y mayores costos», concluyó.
Mientras expertos de todo el mundo debaten las maneras para combatir el Covid-19, un grupo de científicos argentinos busca inversores que permitan desarrollar masivamente el prototipo de un kit portátil que detecta la enfermedad.
“El kit es un prototipo que demostró ser efectivo en muestras sintéticas de coronavirus y los resultados fueron óptimos en relación a sensibilidad y costo”, dijo en diálogo con Télam Federico Pereyra Bonnet, uno de los fundadores del proyecto Caspr Biotech, que ya tiene más de un año de desarrollo.
Pereyra Bonnet explicó que el año pasado “se descubrió el diagnóstico como un nuevo uso para la tecnología CRISPR”, que sirve para «cortar y reparar el genoma», y que a partir de allí los científicos crearon una empresa de base biotecnológica bajo normativa del Conicet que “es la encargada de llevar adelante el desarrollo de los kits”.
«Con la tecnología CRISPR empezamos a trabajar en 2014 desde varias publicaciones internacionales», sostuvo el científico.
El proyecto -integrado además de Bonnet, por Carla Giménez, Franco Goytía, Lucía Curti y Guillermo Repizo- ya funcionó exitosamente en pruebas para dengue (en pacientes), zika y hantavirus.
El científico del Conicet explicó que “el kit es una tira reactiva de papel en la que el resultado puede leerse como en un Evatest”, y agregó que el “costo es de menos de dos dólares por reacción”.