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El Congreso de El Salvador amaneció custodiado por fuerzas militares


El poder legislativo salvadoreño continuaba esta mañana férreamente vigilado a pedido del presidente Nayib Bukele

El poder legislativo salvadoreño continuaba esta mañana férreamente vigilado a pedido del presidente Nayib Bukele

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, irrumpió este domingo en el Parlamento local, custodiado por policías y militares armados, luego que los diputados se negaran a aprobar la toma de un préstamo por 109 millones de dólares para financiar la estrategia de seguridad.

En un claro desafío a los legisladores, Bukele se sentó este domingo en la silla del presidente de la Asamblea Legislativa y ordenó el inicio de la sesiones, mientras que apeló al «derecho divino» y llamó a una insurrección popular.

Poco después, la oposición pidió la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) al advertir sobre un «autogolpe de estado.

Horas más tarde, la Presidencia salvadoreña emitió un comunicado con declaraciones del propio Bukele, que llamaba a la calma ante «la demanda de insurrección», informó el sitio del diario español El País.

El viernes pasado, el presidente había exigido a la Asamblea Nacional que aprobara el desembolso de los fondos mediante un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con el fin de equipar a la Policía y el Ejército dentro de un plan para enfrentar la violencia que aqueja al país.

Entre otros bienes, el presidente planea adquirir helicópteros y un buque valuado en 26 millones de dólares, mientras que advirtió por la red Twitter a los legisladores; «Si los diputados no asisten, vamos a utilizar nuestros poderes constitucionales para hacer cumplir la Constitución».

No obstante, a la sesión solo asistieron 28 de los 84 diputados de la Asamblea, después de que señalaran que no existían motivos para llamar a sesiones extraordinarias, tal cual pedía Bukele.

El presidente, de 37 años, tomó el poder en junio pasado, luego de romper con el bipartidismo de Arena y del FMLN, con el apoyo de un electorado cansado de la corrupción, la impunidad y la violencia que los agobia.