Las exportaciones absorben por ahora tan sólo 14% de la producción total nacional de carnes, pese al crecimiento de la demanda desde China, según datos oficiales.
Ese porcentaje tocó un mínimo de 6% en 2012, cuando la gestión kirchnerista regulaba los embarques, y un máximo del 24% en 2005, año récord en materia de exportaciones.
Argentina y China firmaron hoy un protocolo sanitario que permitirá la apertura del mercado chino a las carnes argentinas, con participación de la Embajada de Argentina en China, Diego Guelar, y del ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.
«Una posibilidad concreta que se abre con este nuevo protocolo, que abre el mercado de ese país asiático, es la posibilidad de aspirar a vender cortes enfriados como el bife y el lomo a la floreciente clase alta china y a los millones de personas que pasan por el circuito hotelero de ese país», explicaron a Télam algunos de los especialistas de la industria de la carne consultados.
Mariano Grimaldi, del frigorífico cordobés Logros, asegura que ya vende cortes del tipo Hilton en China, «aunque en pequeñas cantidades».
Este salto en la calidad de los envíos será crucial no sólo para mejorar el resultado económico por tonelada exportada sino también para no ejercer tanta presión sobre la oferta local de vacas, que es la categoría más demandada por los exportadores que venden a China.
Por ahora, los precios que logra la Argentina por sus cortes rondan actualmente los US$ 5.300 para el garrón y el brazuelo, pero bajan a US$ 4.000 para la vaca en manta (todo congelado y sin hueso).
Acompañando a la comitiva de empresarios argentinos que viajó a Shangai, a la muestra de la SIAL, Alberto Fantini, el secretario general de la Federación Gremial de la Industria de a Carne, dijo que debe aprovecharse esta oportunidad de negocios.
«Si a los empresarios les va bien, a los trabajadores también nos va a ir bien», razonó Fantini.
Según Carlos Riusech, del frigorífico Gorina, la clave ahora es «potenciar este cluster entre empresarios, productores, gobierno y trabajadores de la carne para lograr una buena penetración en todos los mercados y que la cadena siga creciendo».
«Hay que posicionar a la carne argentina como un producto de alta calidad», enfatizó Carlos Riusech, quien remarcó que «el mercado chino es volumétrico, compran todo».