Un grupo de maestros sostiene desde hace un año un comedor comunitario que hoy necesita de la colaboración de la ciudadanía para poder continuar. Mirá cómo podés dar una mano
Un grupo de maestros sostiene desde hace un año un comedor comunitario que hoy necesita de la colaboración de la ciudadanía para poder continuar. Mirá cómo podés dar una mano
Por Diego Carballido
Desde hace más de veinte años Eduardo Matuc y Daniel Medina se desempeñan como docentes en diferentes escuelas del barrio Las Flores. La experiencia les brinda un profundo conocimiento de las necesidades que aquejan a esta zona de la ciudad y fue la que los llevó a convocar a un grupo de docentes para poner en marcha una olla popular.
A comienzos del año pasado, frente a la demanda creciente de comida de sus alumnos, este grupo de docentes decidió con recursos propios comenzar a cocinar raciones que se repartieron durante los fines de semana.
Fue así que unas 80 raciones de comida se elaboraron en el patio de la casa de Carolina y Marcelo, una familia del barrio que también se comprometió con la situación.
“Actualmente, se pudo cerrar el patio donde empezamos y ahora es una pieza”, contó Matuc a CLG. “Seguimos durante todo enero, dos veces por semana, preparando la comida con lo que vamos consiguiendo, pero básicamente lo venimos sosteniendo con el esfuerzo propio de los docentes», aseguró Matuc al mismo tiempo que hizo extensivo el pedido de ayuda de cualquier tipo, ya sea con alimentos no perecederos o elementos para cocinar, porque prácticamente ya no cuentan con recursos.
«Tenemos la idea de constituirnos como una asociación civil para poder tener acceso a otro tipo de ayudas, pero por el momento nos sostenemos mediante la colaboración de gente amiga y las ayudas puntuales. De esa manera, pudimos comprar un brasero y demás cuestiones para seguir cocinando», compartió Matuc.
La iniciativa, que surgió como un paliativo frente a las necesidades alimenticias presentes principalmente durante el año pasado, en la actualidad se convirtió en un punto de encuentro para los vecinos del barrio. Es por eso que este grupo de docentes anhela tener un espacio físico propio donde poder cocinar una mayor cantidad de veces por semana.
“La chica que nos permite cocinar en el patio de su casa fue alumna nuestra y es una familia que comparte la misma preocupación por las necesidades presentes en el barrio”, aseguró Matuc.
A pesar de transitar un mes de enero que fue violento en toda la ciudad, y en el cual Las Flores no estuvo exento, Matuc aseguró que se vivió un fin de año relativamente tranquilo, según su análisis: «La expectativa de cambio hizo que mucha gente no saliera a protestar, y los refuerzos en la Asignación Universal por Hijo también llevó un poco de tranquilidad al barrio».
Para colaborar con este espacio emplazado en la zona sur, los docentes ponen a disposición sus propios teléfonos para recibir colaboración: 3425144592 (Ana), 3416631247 (Nahuel) y 3413151765 (Natalia).