El equipo del rugby barrial rosarino disputó un amistoso ante College Marracq de Bayonne (Francia). Un emotivo intercambio cultural entre los chicos de Parque del Mercado y los europeos
El equipo del rugby barrial rosarino disputó un amistoso ante College Marracq de Bayonne (Francia). Un emotivo intercambio cultural entre los chicos de Parque del Mercado y los europeos
Por Gonzalo Santamaría
El deporte, poco a poco, se fue transformando en más inclusivo y le da más oportunidades a todos aquellos que se acerquen a cualquier disciplina. En Rosario, hace siete años un grupo lleva el rugby a los barrios con el claro objetivo de cambiar las realidades en la periferia de la ciudad.
“Significa dar una oportunidad para que el rugby llegue a los barrios, y a través del deporte se transmitan valores de compromiso y respeto, entre otros, y poder transformar realidades”, explicó Leandro Simeoni, coordinador deportivo de Botines Solidarios, una idea nacida hace más de una década por el ex Puma Ignacio Corleto.
En lo personal, para Simeoni, es una manera de “devolverle” al rugby todo lo que le enseñó y para los chicos que se sumaron al proyecto es “hacer algo distinto». “Me acuerdo que me decían con la llegada de Botines era la primera vez que tenían opciones”, esgrimió.
“Tenemos chicos que han estado ligados a la droga, fueron soldaditos y pudieron salir a través del deporte gracias a estar contenidos en un equipo”, agregó Leandro.
Botines Solidarios se vive como una familia y es acompañado por las familias de los jugadores y así como ellos aprenden del deporte el coordinador lanzó: “Nosotros venimos de otra realidad y también aprendemos día a día con ellos”.
El proyecto comenzó en Barrio Municipal y Las Flores y luego se expandió a La Cerámica y Stella Maris, en zona norte y Fisherton, respectivamente. Además, el equipo del barrio 7 de Septiembre logró autogestionarse y continuar el proyecto por fuera de la Fundación Botines Solidarios. Simeoni recordó los primeros pasos en zona sur: “Vienen chicos de Tablada, Grandoli, Mangrullo y pasaba una cuestión de barrios que no se llevaban bien y hoy todos esos chicos están jugando juntos”.
“Lo deportivo es una excusa y vemos cuántos partidos jugamos, cuántos ganamos, cuántos tries nos hicieron, toda la parte deportiva la miramos, pero tenemos un dispositivo para abordar lo humano antes que lo deportivo. Que inevitablemente se terminan juntando”, explicó el coordinador deportivo a CLG.
Los chicos de Botines Solidarios tuvieron días atrás la visita del equipo francés de la ciudad Bayonne, en el sur de Francia. Un partido internacional para las categorías M15 y M16. Fue su segunda experiencia luego de la visita de un equipo inglés en 2016. “Los chicos que estuvieron en ese partido ahora están entrenados, y ver el crecimiento es algo hermoso y nos da esperanza a seguir creciendo”, puntualizó Simeoni.
El Jockey Club fue la sede de este partido entre un combinado de Los Tigres, Jockey y Botines Solidarios contra el Collage Marracq. Para el equipo que nació en el Parque del Mercado fue una jornada intensa. “Son muy buenos los franceces, son muy rápidos, tienen una buena defensa de manos, buen juego, saben leer la cancha. Fue un desafío duro”, contó Simeoni y agregó rápidamente: “Es sumamente agradable en lo humano y lo social verlos como le contaban que enfrente del Parque del Mercado empezó (Lionel) Messi a jugar al fútbol, por ejemplo, van a valer más que el tanteador final”.
En la primera jornada, los franceses visitaron el Polideportivo y el primer encuentro quedará en la retina de Leandro Simeoni: “Llegaron los chicos de Francia y como los nuestros no hablan francés y ellos no hablan español, a los 5 minutos estaban jugando al rugby juntos, divirtiéndose con una tocata”. Con este típico juego de entretenimiento y la pelota por medio fue más fácil: “Fue muy lindo ver como pisaron la barrera idiomática, tanto los franceses como los chicos de acá”.
Simeoni sabe que esta es una oportunidad para los jugadores de Rosario que no “tienen tantas oportunidades de partidos internacionales, conocer gente de otros países, con distintas realidades”, justificó.
Cerca de 80 personas rodearon la cancha del Parque del Mercado y si bien al principio se mostraron “tímidos”, luego Leandro reveló: “El idioma universal del deporte los soltó y les dio las facilidades de comunicarse. Al principio no se juntaban, no se mezclaban, pero después del partido que hicimos mixto surgieron grupos interrelacionados”.
La llegada del College Marracq está enmarcada en las gestiones de un ex Puma, Federico Aramburu, medalla de bronce en el Mundial 2007 con Argentina, y su relación con Leandro Lorauco, coordinador general de Botines Solidarios. El ex jugador organiza este tipo de giras para combinados europeos y sin dudarlo pensó en Rosario y el equipo solidario.
«Se pudo vivir un clima de camaradería, diversión, amistad, intercambios de presentes. Fue muy lindo y una experiencia transformadora para los jóvenes», contó Simeoni y completó con una frase contundente: «Estos chicos merecen estas cosas buenas«.
Además, el coordinador contó que los jugadores franceses trabajaron en su país para recaudar fondos y poder llenar un bolso «gigante» con materiales para que los chicos rosarinos sigan jugando al rugby, «fue una caricia más», detalló.
Pero sin dudas, el momento más emotivo de la tarde de jueves fue cuando terminó el partido y todos los jugadores se juntaron en el centro de la cancha para un abrazo final.
“Es inevitable que nos pregunten sobre el crimen de Fernando”
De público conocimiento es el hecho que se dio el 18 de enero en Villa Gesell con el asesinato de Fernando Báez Sosa en manos de 10 adolescentes, jugadores de rugby en Zárate, provincia de Buenos Aires.
Simeoni sabe que la relación directa que se creó entre el deporte y el lamentable episodio está a la orden del día. “Es inevitable que nos pregunten sobre el crimen de Fernando”, dijo a CLG.
“Pero -agregó velozmente- “el rugby es un complemento de la formación de las personas y hay muchísimos casos de chicos con problemas de disciplina y violencia que el rugby los mejoró y encaminó«.
Puntualmente sobre el caso lanzó: “Lamentablemente el rugby no cambia todo y hay casos que la familia ni la escuela no sabe ver y no presta atención, y se pretende que el rugby sea quien los encause y hay otras instancias que tendrían que hacerlo porque tienen más capacidad”.
“El foco se pone en el rugby, en lugar de pensar qué hicimos como sociedad con estos 10 asesinos”, lanzó Simeoni y destacó la importancia de señalar el hecho como lo fue: un asesinato. “Nos apena como personas, y se culpa siendo infinitos los casos donde se transformaron las realidades desde el rugby”.
Aquí fue claro con un caso particular: «Yo vi como un chico en Tucumán vivía arriba de un Ford Falcon porque la familia lo echó, el club Lince de esa provincia lo llevó a jugar y hoy es entrenador de las juveniles de Rosario”.
Volviendo al tema sostuvo la idea que la violencia estaba incrustada en sus vidas y no fue el rugby quien la incentivó. “Tenían una historia de violencia”, disparó en este sentido se preguntó: ¿La familia no sabía que se peleaban todos los días? ¿La escuela no los vio nunca?”.
Por último, fue claro: “No es que no nos hacemos cargo, pero la violencia la combatimos entre todos”.