En Puerto Iguazú, Misiones, vecinos ayudarán a una menor de 16 años que padece osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como huesos de cristal
En Puerto Iguazú, Misiones, vecinos ayudarán a una menor de 16 años que padece osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como huesos de cristal
Milagros Diaz, misionera de 16 años y padece osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como huesos de cristal. Esta misma enfermedad le genera serios problemas para trasladarse, combinado con las malas condiciones en las que se encontraban las calles y veredas.
Osteogénesis imperfecta es un trastorno genético y hereditario que se caracteriza porque los huesos de las personas que lo padecen se rompen con facilidad, luego de sufrir un traumatismo mínimo e incluso sin causa aparente.
Los reclamos de los allegados se hicieron notar ante las autoridades de Puerto Iguazú, pero al no tener respuesta alguna la comunidad inició una cruzada solidaria. A través de la misma comenzaron a arreglar los senderos, para que la chica pueda asistir a clases.
Pero la historia no quedó alli, ya que se difundió y llego a oídos de los referentes del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha). Los mismos visitaron a la joven y realizaron un relevamiento socioeconómico de sus condiciones de vida.
La mamá de Milagros habló con el diario local El Territorio y contó: “Estuvieron acá, nos preguntaron cómo vivimos, cómo nos mantenemos, vieron la casa y nos dijeron que iban a tratar de ayudar con la reparación de la rampa y de un tramo de vereda para que Mili vuelva a la escuela”.
Tras ello, llegó a la vivienda un capataz de obra y, junto a su equipo, definió que lo que había que desarrollar allí era la construcción de una nueva vivienda, debido a la precariedad de la infraestructura que observaron.
Pocos días después llegaron los materiales y los obreros comenzaron con la construcción de una casa prefabricada, la cual estaría culminada en unos quince días.
“Fue una sorpresa porque nosotros nunca solicitamos ayuda al Iprodha, sabemos que son trámites eternos, pero estamos seguros que eso viene desde arriba, es una bendición de Dios. Mili está muy feliz y sobre todo nos sorprende la rapidez en la que empezaron las obras. El mismo capataz nos dijo que él hace un relevamiento y la obra sale un año después, pero esto fue todo muy rápido, no tenemos palabras para describir lo que pasa”, agregó la madre.