Un barco fantasma sorprendió a pescadores y navegantes del río Paraná, entre las localidades de Corrientes y Empedrado. El gigante de acero de 107 metros de eslora navegaba al garete por el río, sin gobierno y arrastrado por la corriente. Por fortuna no se produjo ningún accidente, hasta donde se pudo corroborar, y el pesado buque terminó encallado en uno de los tantos bancos de arena que se forman en el Paraná.
Más tarde se pudo saber que el buque Uros Z —que además de 107 metros de eslora mide 14,5 metros de manga y 6,70 metros de puntal (alto como un edificio de tres pisos)— se desprendió de su amarra en el astillero Corrientes S.A. donde aguardó por 20 años su botadura y salió a navegar sin ningún tripulante a bordo. Así, avanzó el gigante por 58 kilómetros hasta detener su marcha contra un banco de arena. El motivo es materia de investigación.
El Uros Z es un barco sin terminar construido desde 1993 como tanque químico de casco simple. La obra se paralizó en el año 2000, según consta en los archivos de historia y arqueología marítima.
Su paso en solitario por las costas del Paraná causó en los últimos días sorpresa e incredulidad entre pescadores y lugareños. La enorme silueta de acero terminó encallada en un banco de arena en cercanías de lo que se conoce como “La perla del Paraná”, para asombro de los curiosos que se acercaron a comprobar lo que ocurría.
De acuerdo a los datos técnicos brindados por la Prefectura Naval, la embarcación de desprendió de su amarra en el kilómetro 1.200 del río Paraná y derivó aguas abajo arrastrado por la fuerte corriente hasta el kilómetro 1.142, informó el diario correntino Época. Ahora el barco deberá ser remolcado nuevamente hasta su astillero de origen.
Fuente: El Litoral