Rubén Benítez, Néstor Durán, Armando Niz y Luis Miño, son acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público y dos de ellos de encubrimiento agravado "de un homicidio"
Rubén Benítez, Néstor Durán, Armando Niz y Luis Miño, son acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público y dos de ellos de encubrimiento agravado «de un homicidio»
Eduardo Taiano, el fiscal que investiga la muerte de Alberto Nisman, le pedirá al juez Julián Ercolini que se eleven a juicio oral a los custodios que tenía el ex fiscal fallecido en 2015. Están acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público y dos de ellos de encubrimiento agravado «de un homicidio», según resaltará el dictamen. En tanto, el ex perito informático de Nisman, Diego Lagomarsino, será enviado a juicio en una segunda instancia.
Cuando el juez Ercolini procesó a Lagomarsino como partícipe necesario del homicidio de Nisman, acusó a su vez a los cuatro ex custodios de la Policía Federal por incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado. Se trata de Rubén Benítez, Néstor Durán, Armando Niz y Luis Miño.
La justicia sostiene la hipótesis del homicidio. Ercolini dijo: «La muerte del fiscal Nisman no obedeció a un suicidio y habría sido producida por terceras personas y en forma dolosa”.
En este sentido, el magistrado remarcó que “habría existido una intencionalidad, cuando menos desde algún sector oficial, de instalar la idea de una muerte voluntaria, privada y en soledad de Nisman”.
«La hipótesis del homicidio basado no solo en la pericia de Gendarmería, sino en entrecruzamientos de llamados producidos en el rango horario de la muerte, como las propias contradicciones de Lagomarsino, que dijo que Nisman lo había contactado primero cuando la pericia informática mostró lo contrario, como también el manejo de la escena y las acciones posteriores al 18 de enero», explicaron fuentes judiciales a Clarín.
En ese escrito se señaló que «no puede dejar de soslayarse que el homicidio del doctor Nisman se produjo cuatro días después de haber efectivizado la denuncia señalada y horas antes de ir a exponerla ante el Congreso de la Nación».
Por tal motivo, se consideró que esta circunstancia «obliga lógicamente a ahondar la investigación en el probable entendimiento de que la muerte del Fiscal se haya producido como consecuencia directa de la especifica acción que adoptó en el marco de su función», como titular de la UFI – AMIA. Por ello, la pesquisa continúa y se pedirá una elevación parcial del caso.
En esta línea, se confirmó la acusación contra los ex custodios asignados a Nisman. Quedaron procesados como coautores del delito de «incumplimiento de los deberes de funcionario público» y de «encubrimiento agravado» por «tratarse de un hecho precedente a un delito grave».
Por su rol y días de trabajo durante aquel fin de semana de enero de 2015, dos de los cuatro custodios también fueron procesados como encubridores del homicidio: se trata de Rubén Benítez y Luis Miño, acusados de no haber «protegido en forma debida» al entonces fiscal.
Tenían a su cargo el dispositivo de seguridad los últimos días de vida de Nisman.
En el pedido de juicio oral se pondrá foco en la actuación de los custodios, quienes según la acusación del juez “a pesar de que pasaron horas sin saber de Nisman y sin que atendiera sus llamadas, permanecieron sin dar aviso a sus jefes”.
“Nisman no atendía llamadas, no había recogido el diario en la puerta de su casa, no respondía el timbre y sin embargo los custodios Miño y Niz no avisaron a sus superiores. Todo esto hizo que se dilatara el hallazgo del cuerpo, lo que sumado a que se pronunciaron por la idea de la muerte voluntaria se traduce en un claro intento por darle credibilidad a la versión del suicidio”. El juez determinó en consecuencia que los custodios “buscaron demorar la actuación policial y/o judicial en el homicidio”.
Por ello, según señalaron fuentes judiciales a Clarín, el pedido de elevación a juicio se basa en que «dos de los custodios están procesados por encubrir un homicidio».