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Compromiso social: Luz y Fuerza solicitó su adhesión al Pacto Global de la ONU


Se trata de la iniciativa de responsabilidad corporativa más grande del planeta, con más de 750 participantes en el país

Se trata de la iniciativa de responsabilidad corporativa más grande del planeta, con más de 750 participantes en el país

Por Franco Albornoz

Un ejemplo de compromiso social sin precedentes. En un hecho inédito en el gremialismo local y con pocos antecedentes en el mundo, el Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario solicitó de manera formal su adhesión al Pacto Global de la ONU. Se trata de la iniciativa de responsabilidad corporativa más grande del planeta, con más de 750 participantes en el país y con presencia en 20 provincias. Su objetivo es promover una economía global más sostenible e incluyente basada en diez principios universales en áreas de Derechos Humanos, Estándares Laborales, Transparencia y Anticorrupción y Medio Ambiente, con el propósito de contribuir a dar solución a los más grandes desafíos de la humanidad de aquí al 2030.

El Pacto Global cuenta con más 13.000 entidades firmantes en más de 160 países y está dirigido a empresas, sindicatos y demás organizaciones de la sociedad civil, quienes asumen voluntariamente el compromiso de implantar los principios antes mencionados en sus actividades cotidianas. Además de rendir cuentas a la sociedad, con publicidad y transparencia, de los progresos que realiza en ese proceso de implantación, mediante la elaboración de Informes de Progreso.

“Solicitamos oficialmente nuestra incorporación al acuerdo, aunque entendemos que muchos de los principios ya los venimos cumpliendo de hace tiempo. Pero tenemos la firme intención de difundirlos y profundizarlos. Estamos seguros que como Sindicato podemos ofrecerle mucho a la sociedad”, indicó en diálogo con CLG Néstor Salvatierra, titular de Relaciones Internacionales de Luz y Fuerza.

Entre las medidas que el gremio realiza en coincidencia con el Pacto Global, el dirigente señaló la creación de una aplicación que tiende al reconocimiento del acoso laboral, la utilización de energías renovables y paneles solares en los edificios del gremio, y la creación de la fundación altruista Con la Gente, que promueve la formación del ser humano con un enfoque solidario.

Alberto Botto, titular de Luz y Fuerza, junto a Néstor Salvatierra

“Desde Luz y Fuerza hacemos mucho por los Derechos Humanos. Recientemente lanzamos la App Simona, pensada para que trabajadores y trabajadoras puedan reconocer conductas de acoso laboral que no están dentro de las normas de denuncias”, explicó Salvatierra. Y agregó: “A partir de allí un grupo interdisciplinario toma esa situación y la evalúa. Las empresas deben apoyar y proteger los derechos laborales, la libertad de afiliación, la negociación colectiva y los reclamos justos”.

En otro orden de cosas, el titular de Relaciones Internacionales del gremio, puso de relieve la necesidad de que las organizaciones puedan “modernizarse” y “estar a la altura de los nuevos paradigmas en materia energética y laboral”. “Hay un cambio de filosofía hacia adentro. Hace poco visitamos una empresa italiana y los avances tecnológicos van a repercutir en el mundo del trabajo y lo mejor forma de defender los puestos de trabajo es con estudio y capacitación, para que esos cambios no nos sorprendan”, analizó.

El Pacto se basa en diez principios universales en áreas de Derechos Humanos, Estándares Laborales, Transparencia y Anticorrupción y Medio Ambiente

Para Salvatierra, el nuevo mundo exige un gremialismo que tenga la capacidad de atender las necesidades de sus afiliados, pero a la vez colaborar con la sociedad en su conjunto. “La Fundación Con la Gente va en ese sentido. Nuestra función como sindicato también tiene que ver con que se cumplan los derechos básicos de los más vulnerables y estamos en el camino atender ese tipo de necesidades, aunque no somos el Estado”, resaltó.

En cuanto a lo relacionado con la transparencia gremial, el dirigente expresó: “Cumplimos todas las normas en materia tributaria y económica, y como dirigentes les expresamos toda esa información a las bases, es una costumbre que debería ser normal, aunque muchas veces no sucede”. Y concluyó: “No somos los dueños del sindicato, los dueños son los afiliados y a ellos nos debemos”.