Las propuestas van desde bares con carta variada y cerveza artesanal hasta movida de camping con música, actividades y deportes sobre la arena
Las propuestas van desde bares con carta variada y cerveza artesanal hasta movida de camping con música, actividades y deportes sobre la arena
Hay distintas maneras de disfrutar de la naturaleza y del río Paraná desde Rosario. Son habituales las opciones de recalar en el balneario La Florida y de cruzar el río desde la costa céntrica hasta las arenas de El Banquito de San Andrés. Pero otra muy recomendable -menos conocida por los turistas y una fija para los rosarinos- es el cruce del río desde la costa norte hasta La Invernada, una isla a la vista del puente Rosario-Victoria.
Las lanchas que en pocos minutos llevan hasta La Invernada cuestan $250 y salen desde el muelle de Rambla Catalunya, junto a la entrada sur de La Florida. La excepción es llegar al parador Isla Verde, que está más al norte y recibe lanchas desde el embarcadero de Costa Alta.
Al llegar al muelle de la rambla hay que elegir donde desembarcar. El abanico de alternativas abarca una decena de paradores. Cada uno tiene su identidad, así que es cuestión de revisar un poco las redes y dejarse llevar. El dato: después se puede ir de un parador a otro caminando (muchos están casi pegados) o subiendo a alguna de las lanchas que continuamente van recalando en cada muelle.
En orden, de norte a sur, están: @islaverdeparador; @_elbodegonparador_; @lapulperiadelkayakista; @clubterrarosario; @lospagos; @lacasitadenfrente; @paradorbambu; @clubdelrioisla; @rancho_aparte_rosario; @windkookparador y @parador.varsovia.
De los taxis náuticos descienden personas de todas las edades, especialmente jóvenes. Están las que no llevan más que una reposera y un bronceador, los que cargan lo necesario para aprovechar los parrilleros, los grupos de amigas y amigos, las parejas que buscan un descanso… Todos llegan con la soltura del verano, ojotas, ropas livianas, lentes oscuros… pero sin heladerita!
Depende de cada lugar, pero en general la idea es no llevar bebidas o comida para contribuir con algún consumo en la isla. Por otro lado, la conciencia por el medio ambiente y el cuidado de la naturaleza forma parte de la cultura de estos lugares, por lo que se pide no arrojar basura o, mejor aún, llevarla de vuelta a los cestos de residuos de la ciudad.
Además de costas de arena y zonas con sombra de arboledas, los paradores ofrecen un entorno rústico y natural, vistas panorámicas del río y la ciudad y, particularmente, muy buena onda. En general hay música (algunos tienen DJ’s o bandas en vivo los fines de semana), vóley de playa y fútbol-tenis, y también podés encontrar metegol, mesa de ping-pong y espacios para hacer telas y slack-line.
Dónde ir
Como referencia para una primera vez, algunos aconsejan apuntar hacia el norte con La Pulpería del Kayakista (bar isleño con buena carta y cerveza artesanal) o hacia el sur con Club del Río (camping con más actividades). Pero depende, porque si la prioridad es un plato vegetariano mejor apuntar a Club Terra, un pescado a la parrilla juega entre Rancho Aparte e Isla Verde (con reserva previa), mucha onda y ricas fajitas en Windkook, buenos platos y empanadas de pescado en Los Pagos, y así siguen más variantes con las mejores vistas desde el deck de El Bodegón, la tranquilidad de Bambú, el espacio descontracturado y “más hippie” de La Casita de Enfrente o el entorno verde y apacible del parador ubicado más al sur, Varsovia.
Qué comer
El cruce a los paradores desde Rambla Catalunya cuesta $250. Desde Costa Alta, las lanchas que van exclusivamente a Isla Verde cuestan $150, siempre ida y vuelta. Para acampar los precios van de $100 a $300 por persona por noche. En cuanto al menú, las opciones son variadas.
Isla Verde y El Bodegón no cobran estadía y permiten llegar con heladerita. Una hamburguesa anda entre $110 y $140, una ensalada de frutas alrededor de $80. El pescado a la parrilla en Isla Verde cuesta $350 (se puede compartir).
La Pulpería del Kayakista funciona como bar, con variedad de sandwiches, picadas, pizzas y empanadas. Un carlito está $130 y las pizzas $220/$250. En la barra para cervezas artesanales la pinta está $100.
En Club Terra se cobra $100 como consumisión mínima y estadía. Acá se destacan los platos vegetarianos y veganos y las bebidas 100% naturales. Un plato combinado con productos frescos de estación -parte cocida, parte vegetales crudos- sale $150.
Los Pagos tiene muy buenos platos del día. Aparte se recomiendan las empanadas de pescado (muy grandes) que cuestan $70 o un típico sándwich carlito por $210. Hay variedad de vinos (de $250 a $280).
La Casita de Enfrente bien puede definirse como el parador más hippie de estas costas. El servicio es más informal, de entre amigos. Del bar un clásico para probar son las hamburguesas veganas por $180.
Bambú recibe tanto a jóvenes como a familias. Los fines de semana se cobra $50 de estadía. Es más tranquilo, con un buen deck para pedir superpanchos ($100) y hamburguesas ($130) entre otras variantes.
Club del Río funciona como camping, con buen espacio, actividades y comodidades. Se cobra estadía ($100 de viernes a domingo, $50 de lunes a jueves). Muy buenos tragos y licuados (desde $130 la jarra de limonada a $280 los tragos de litro). ¿Qué probar? La milanesa de tarucha sale muy buena ($250).
Rancho Aparte es otro de los lugares donde sentarse a comer un pescado de río a la parrilla (siempre con reserva previa) por $250. También hay cerveza artesanal, variedad de sándwiches y picadas. Una pizza de ocho porciones cuesta $250.
Windkook tiene buena movida, con música tranquila. En la barra salen mucho la cerveza artesanal, la limonada y los tragos clásicos. Para la hora de comer hay que probar las fajitas Jack que salen con arroz yamaní, hay de verduras al disco ($100) y de carne o pollo ($120).
Varsovia, a unos minutos más de lancha, es perfecto para disfrutar de la naturaleza, con mucho verde y ritmo tranquilo. Salen mucho los mojitos y las comidas rápidas como pizzas y hamburguesas.