Se trata de Daniel Casermeiro, de 61 años, quien fue visto por última vez el jueves
Se trata de Daniel Casermeiro, de 61 años, quien fue visto por última vez el jueves
Un conocido médico ginecólogo de San Francisco, Córdoba, es intensamente buscado desde hace más de 48 horas. Se trata de Daniel Casermeiro, de 61 años, quien fue visto por última vez el jueves cerca de las 10, cuando salió de su consultorio.
La Justicia investiga diferentes hipótesis, entre ellas una relacionada con problemas financieros. A medida que pasan las horas, crece la angustia de la familia, que se manifestó conforme con el accionar judicial.
Un grupo de investigadores policiales y judiciales trabajan bajo directivas de la fiscal de turno de San Francisco, Silvana Quaglia, y del fiscal de Delitos Complejos, Bernardo Alberione.
El pasado jueves, el médico salió con el guardapolvo aún puesto de su consultorio en el sanatorio Argentino, de San Francisco. Fue a encontrarse con una persona, cuya identificación por ahora se mantiene en reserva. A partir de las 10 de la mañana de ese día, solamente hay cabos sueltos y no se conoce mucho más.
En base al entrecruzamiento de las celdas de las antenas celulares, pudo determinarse que cerca de las 16 estuvo en la localidad de Luxardo,
En paralelo, quienes lo conocían de cerca aseguraron que a raíz de su muy buen pasar económico también habría comenzado a prestar dinero a cambio de intereses en su devolución, pista que por estas horas resulta clave en la investigación. Alli está centralizada la búsqueda.
Los rastrillajes de búsqueda incluyen perros y drones, pero hasta ahora no hay ninguna señal positiva. Trabajan bomberos de la Regional 1 con cinco drones, División K9 (perros), Dirección Unidades de Alto Riesgo de la Policía Judicial, el Grupo Especial de Rescate y Salvamento y una patrulla aérea.
El fiscal de Delitos Complejos Bernardo Alberione no descarta ninguna hipótesis, pero en las últimas horas cobró más fuerza una pista relacionada con temas financieros. El médico habría recibido amenazas por problemas económicos. Los conflictos financieros derivarían de un negocio inmobiliario. La familia descarta la posibilidad del suicidio.